Se saben muy pocas cosas sobre la historia de América cuando era habitada por los pueblos de la antiguedad precolombina , antes de ser habitada por los pueblos indígenas de los que hoy tenemos conocimiento y antes del gran cataclismo que sería el mismo que destruyo la Atlántida y la floreciente civilización global que existía sobre el planeta. Sobre esos tiempos existen leyendas de las cuales hay otra que especialmente llama la atención.
"Hace mucho la gente vivía a las orillas del mar, la gente se agrupaba viviendo en grandes caseríos a la orilla del mar, era un tiempo de canoas gigantes que brillaban y discos de oro que volaban, Y así fue por mucho tiempo; pero un día, un gran fuego negro apareció en el cielo y con bramido de tormentas, el mar subió y se trago los caseríos, entonces los pocos que sobrevivieron subieron a las montañas y allí volvieron a comenzar de nuevo".
Finalmente, y para dar ubicaciones concretas, en lo que hoy es el Tolima, en el "Valle del placer" , habito uno de los pueblos de antigua America, allí dicen, que prosperaron bajo las enseñanzas de los mensajeros, guiados por una luz que alumbraba tanto de día como de noche. Entre las imponentes montañas prehistóricas del Tolima, se hace visible una pirámide. Detrás de ella, emanaba la luz guía, algunos le llamaban la casa del jaguar y dicen también, que era un centro ceremonial de los pueblos de la antigua civilizacion americana.
Imagen de la pirámide ubicada en "El valle del placer". ¿podría haber habido aquí una pirámide que al pasar de los siglos se viera ahora como una montaña?. Aunque fuese así, la forma de pirámide es asombrosa y esta casi que intacta. Debajo de la montaña hay una cueva donde hay grabados de mapas estelares.
Hacha de piedra donde parece estar gravado por un lado, la narración de la catástrofe, Hercolubus interponiéndose entre el sol y la tierra, y un asteroide o meteorito entrando en la atmósfera terrestre. Por el revés, figura humana con un vestido extraño, o lo que sería más bien un astronauta con un adorno que tiene siete puntos.
Fotografia tomada en 1978, que muestra la imagen de figuras humanas talladas en piedra, y que parecieran representar astronautas. En todas hay un adorno que curiosamente tiene siete puntos.
No se sabe quiénes tallaron las grandes piedras, o cual fue la cultura que las diseño, tampoco se sabe cuál es su antigüedad, y mucho menos que significan las marcas que tienen sobre la superficie, valga la pena decir, que dichos diseños son bastante diferentes a los típicos diseños de las culturas indígenas sudamericanas.
El colombiano Roberto Tovar, utilizando una pintura natural especial, pudo resaltar las figuras talladas en la piedra, en ese momento, se puede ver que hay un símbolo que es obviamente importante ya que se encuentra también tallado en unas estatuillas de piedra encontradas por Alberto María. Las estatuillas parecieran a todas luces, representar astronautas. Es aquí cuando recordamos una leyenda, según la cual seres extraterrestres visitaron Sudamérica. La narración pertenece a los Izazi, un pueblo olvidado, una nación de antes del indígena (pueblos de antigua) que habito en Tolima, Caldas y Antioquia.
A la galaxia se refieren como a la laguna de las arenas que alumbra, el fogón de las chispas (que bonitas definiciones por cierto), el hogar donde nadan las tortugas del cielo (naves nodrizas), las que tienen nueve patas, las que vigilan los cultivos y cargan a sus hijas (otras naves) para soltarlas cuando llegan los ciclos de cosecha. Según la leyenda, En la orilla del agua en remolino (la galaxia) hay una luz que las tortugas buscan, las naves tienen su cultivo en la casa de "Totot", el maíz maduro encendido con el fuego de la vida (el sol), el maíz fuego que da la comida, el señor que alumbra en el amanecer de todos los días de los días del cultivo, y cerca a él, las tortugas saben encontrar la hija, es la pequeña y consentida, la pequeña, solitaria y callada; el ojo azul de Arara (todas las anteriores son referencias a la tierra) que alegra la noche del cielo y la soledad del gran cultivo, las tortugas son amigas de "U", y desde los tiempos del abuelo, ellas han llevado a los hombres por el cielo. "U" es la mama de la casa, la gran serpiente doblada donde se sembraron los cultivos.
Algunas imagenes ilustrativas la tortuga celeste cargando a sus hijas pasando frente al sol "Totot", depués acercándose a la tierra u Ojo Azul de Arara. El símbolo de "U" o serpiente doblada, el símbolo tallado sobre la piedra y finalmente, el símbolo de "U" perfectamente visible en el dorso del astronauta de piedra.
La verdad es que al saber que el símbolo de "U" tallado sobre la piedra, que está tallado también sobre el astronauta, que se menciona en una leyenda que nuestros pueblos indígenas cplombianos han pasado generación tras generación y que es una leyenda que proviene de las gentes que habitaron América mucho antes que ellos mismos....La leyenda se enfrenta a la roca milenaria, un raro emblema, una serpiente de dos cabezas, símbolo de la tierra y de la sabiduría.
Allí en esa zona esta lo que se llama la piedra del mapa del apocalipsis, encontrada por Alberto María, donde aparecen el sol, la tierra y lo que pareciera ser Hercobulus. Hacia 1960 Alberto había encontrado más de sesenta piedras con inscripciones, sin embargo el hermano Alberto creía que la piedra del mapa del apocalipsis era especial, allí se encontraba grabado lo que parecía ser un mapa del sistema solar y él creía era la clave para poder leer el mensaje de la piedra.
El significante espacial de este ciclo se marca a partir del momento en que Nibiru rebasa la distancia que separa a nuestro planeta del sol, etapa que supuestamente comenzará en septiembre 19 de este mismo año y que se extenderá hasta el 29 de febrero de 2012, luego de una duración de 163 días. Sin embargo, el clímax se empieza a gestar a partir de que Nibiru atraviesa la elíptica de la Tierra.
Nibiru es un supuesto planeta cuya existencia fue propuesta por Zecharia Sitchin, y cuya teórica existencia se ha popularizado enormemente entre los "ufólogos" y conspiracionistas.
Los sumerios, así como más tarde los babilonios mencionan un tiempo muy atrás, en los tiempos antiguos, cuando Nibiru (Marduk), hasta ese tiempo un extraño en nuestro sistema solar, tuvieron una lucha en el cielo, con Tiamat y Kingu. En ese tiempo, hace millones de años, los satélites de Nibiru (Marduk) chocaron con Tiamat (un planeta al menos dos veces la masa de la tierra), quebrándose en dos partes.
De acuerdo a la teoría de Zecharia Sitchin y otros, las dos partes de Tiamat fueron forzadas hacia otra órbita alrededor del Sol. Una parte se quebró en partes pequeñas, y es ahora llamado El Cinturón de Asteroides (entre Marte y Júpiter), y en asteroides, meteoritos y cometas. La otra parte fue forzada a esta nueva órbita entre Venus y Marte y se convirtió en la Tierra. Kingu se convirtió en la Luna del "Nuevo planeta" Tierra. Nibiru fue forzada hacia una órbita elíptica alrededor del Sol, y su nueva órbita era desde ese tiempo, sobre un ciclo de 3,600 años alrededor del sol.
De acuerdo con Sitchin, la existencia de Nibiru le fue transmitida luego de interpretar antiguos textos escritos por los sumerios, los cuales además confirman que la raza humana fue visitada por grupos extraterrestres que habitan en este planeta, el cual se mantiene oculto dentro de nuestro sistema solar ya que su eje es distinto al resto de los cuerpos, razón por la cual ha pasado desapercibido a la mirada de la ciencia.
Los antecedentes de Nibiru datan desde la época de los presumerios, entre quienes el término se utilizaba para designar un punto de transición o un cruce de caminos. Dentro de la mitología de Babilonia, Nibiru era la estrella de Marduk, la deidad que regía el cosmos.
Incluso, aparentemente existe toda una tabla impresa con escritura cuneiforme que alude a este cuerpo astral: "Nibiru se ubicaba en el pasaje que unía a la tierra con el cielo pues todos, tanto arriba como abajo, preguntaban a Nibiru si no lograban encontrar este pasaje. Nibiru es la estrella de Marduk que los dioses en el cielo hicieron que fuese visible. Nibiru representa una marca en el punto de transición".
Y así ha sido desde que los primeros hombres entraron en la pirámide. Pero no fue así cuando Ninurta entró en ella -hacia el 8670 a.C, según nuestros cálculos. Ninurta entró, dicen los textos sumerios, «en el lugar radiante» rendido por sus defensores : Opuesto al control resultante de todas las instalaciones espaciales por los descendientes de Enki, los Enlilitas lanzan la Segunda Guerra de las Pirámides. El victorioso Ninurta vacía la Gran Pirámide de su equipo. La medio hermana de Enki, Ninhursag, medio hermana de Enki y de Enlil, convoca a una conferencia de paz. La división de la Tierra está reafirmada. El gobierno sobre Egipto es transferido de la dinastía Ra/Marduk a aquella de Thoth. Heliópolis se construye como ciudad substituta de Beacon City (Ciudad Faro).
8500 BCE : Los Anunnaki establecen puestos avanzados en la entrada a las instalaciones espaciales. Jericó es una de ellas.
7400 BCE : A medida que la era de paz continua, los Anunnaki conceden a la Humanidad nuevos avances: comienza el período neolítico. Los semi-dioses gobiernan sobre Egipto.
Y lo que hizo después de entrar no sólo cambió la Gran Pirámide por dentro y por fuera, sino también el curso de los asuntos humanos.
Y ésta, como hemos visto, fue en realidad la consecuencia de la Primera Guerra de la Pirámide.
La entrada ilegal de Set en Canaán significaba que todos los lugares relacionados con el espacio -Gizeh, la península del Sinaí, Jerusalén-estaban bajo el control de los dioses Enki. Eran instalaciones a las cuales no podían acceder los enlilitas. Y así, poco después -300 años más tarde, según creemos-, éstos lanzaron una ofensiva con el fin de desalojar a los ocupantes ilegales de las vitales instalaciones espaciales. En varios textos se habla de la Segunda Guerra de la Pirámide, algunos de ellos escritos en el original sumerio, otros en versiones acadias y asirías. Los expertos se refieren a estos textos con el nombre de los «Mitos de Kur» -«mitos» de las Tierras Montañosas; y son en realidad interpretaciones poéticas de las crónicas de la guerra por el control de las montañas relacionadas con las misiones espaciales -Monte Moria; el Harsag (Monte Santa Catalina) en el Sinaí; y el monte artificial, el Ekur (la Gran Pirámide) en Egipto.
En estos textos queda claro que las fuerzas enlilitas fueron lideradas por Ninurta, el principal guerrero de «Enlil», y que los primeros encuentros tuvieron lugar en la península del Sinaí. Los dioses camitas fueron batidos, pero se retiraron para continuar la guerra desde las tierras montañosas de África. Ninurta aceptó el reto y, en la segunda fase de la guerra, llevó los combates hasta las fortalezas de sus enemigos; esta fase supuso unas feroces y despiadadas batallas. Más tarde, en su fase final, se combatió junto a la Gran Pirámide, la última e inexpugnable fortaleza de los oponentes de Ninurta; allí fueron sitiados los dioses camitas, hasta que se quedaron sin comida Y sin agua.
Esta guerra, a la que llamamos Segunda Guerra de la Pirámide, se conmemoró ampliamente en los registros sumerios, tanto en las crónicas escritas como en las representaciones gráficas.
Cuando Ninurta entró en la «Casa Que Es Como una Montaña», debió sorprenderse de lo que encontró dentro. Concebida por Enki/Ptah, planificada por Ra/Marduk, construida por Geb, equipada por Toth y defendida por Nergal, ¿qué misterios de tecnología espacial albergaría?, ¿qué secretos de inexpugnable defensa guardaría?
En la lisa y aparentemente sólida cara norte de la pirámide, una piedra giratoria se abrió para mostrar la entrada, protegida por los inmensos bloques de piedra diagonales, tal como lo describía el texto laudatorio a Ninharsag. Un pasadizo descendente recto llevaba a unas cámaras de servicio inferiores en donde Ninurta pudo ver un pozo que habían excavado los defensores buscando agua. Pero su interés se centró en los pasadizos y cámaras superiores; allí estaban dispuestas las «piedras» mágicas -minerales y cristales, unos terrestres, otros celestiales, algunos de un aspecto que él nunca había visto. De ellos se emitía una pulsación radiante para guiar a los astronautas y también las radiaciones que defendían la estructura.
Acompañado por el Maestro Jefe en Minerales, Ninurta inspeccionó la disposición de «piedras» e instrumentos. Se detuvo delante de cada uno de ellos y determinó su destino: ser destruido, llevárselo para ser expuesto o instalarlo como instrumento en cualquier otra parte. Tenemos constancia de estos «destinos», y de la orden por la cual Ninurta fue detenido por las piedras, gracias al texto inscrito en las tablillas 10 a 13 del poema épico Lugal-e. Siguiendo este texto, e interpretándolo correctamente, es como se puede comprender por fin el misterio de la finalidad y la función de los muchos rasgos de la estructura interna de la pirámide.
Tras recorrer el pasadizo ascendente, Ninurta llegó al punto en el que la imponente Gran Galería se encuentra con el pasadizo horizontal. Ninurta siguió este pasadizo en primer lugar, llegando a una gran cámara de techo amensulado. Llamada la «vulva» en el poema de Ninhursag, el eje de esta cámara se encuentra exactamente en el centro de la línea este-oeste de la pirámide. Su emisión («una efusión que es como un león que nadie se atreve a atacar») provenía de una piedra encajada en una hornacina que se había tallado en el muro oriental. Era la Piedra SHAM («Destino»). Era el corazón pulsante de la pirámide, y emitía una radiación roja que Ninurta «vio en la oscuridad». Pero a Ninurta le pareció aberrante, pues durante la batalla, cuando él se elevaba, el «gran poder» de esta piedra se utilizó «para agarrarme y matarme, siguiendo un rastro que mata al capturarme». Ordenó que «se retire... se ponga aparte... y que se destruya por completo».
Tras volver al punto de encuentro con la Gran Galería, Ninurta le echó un vistazo a ésta. Pero con lo ingeniosa y compleja que resultaba toda la pirámide, esta galería era sobrecogedora por lo inusual de su visión. Comparada con los pasadizos, bajos y estrechos, la Gran Galería se elevaba en lo alto (más de ocho metros y medio) en siete niveles superpuestos que iban aproximando cada vez más las paredes. El techo también se había construido con secciones inclinadas, con un ángulo tal que no ejerciera presión sobre el segmento inferior de las imponentes paredes. Mientras que en los estrechos pasadizos «sólo brillaba una mortecina luz verde», la Gran Galería resplandecía con luces multicolores -«la bóveda es como un arcoiris, la oscuridad termina allí». Los brillos multicolores los emitían 27 pares de diversas piedras de cristal dispuestas de modo uniforme a lo largo de ambos lados de la galería. Estas piedras resplandecientes estaban ubicadas en unas cavidades que se habían cortado con precisión en las rampas que corren a lo largo de la galería, a ambos lados del suelo. Firmemente sujetas en su lugar, gracias a una elaborada hornacina en la pared, cada piedra de cristal emitía una radiación diferente, dándole al lugar su irisado efecto. De momento, Ninurta pasó entre ellas en su camino ascendente; para él, tenía prioridad la Gran Cámara superior y su piedra pulsante.
Al fondo de la Gran Galería, Ninurta llegó a un gran escalón que, a través de un pasadizo bajo, llevaba a una Antecámara de singular diseño. Los tres rastrillos -«el cerrojo, la barra y el pasador» del poema sumerio- encajados a la perfección en los surcos de las paredes y el suelo, sellaban herméticamente la Gran Cámara superior: «al enemigo no se abre; sólo a Los Que Viven, a ellos se abre». Pero ahora, tirando de unas cuerdas, los rastrillos se elevaron, y Ninurta entró.
Se encontraba ahora en la cámara más prohibida («sagrada») de la pirámide, desde la cual se «extendía» la «Red» (¿radar?) orientadora para «inspeccionar Cielo y Tierra». El delicado mecanismo estaba alojado en un arca de piedra tallada; situado precisamente en el eje norte-sur de la pirámide, respondía a las vibraciones con una resonancia como de campana. El corazón de la unidad de orientación era la Piedra GUG («Determinante de la Dirección»); sus emisiones, amplificadas por cinco compartimentos huecos construidos sobre la cámara, se irradiaban al exterior a través de dos canales inclinados que llevaban a las caras norte y sur de la pirámide. Ninurta ordenó que se destruyera esta piedra: «Después, por el destino al que la había determinado Ninurta, se sacó la piedra Gug de su agujero y se destruyó aquel día».
Para asegurarse de que nadie pudiera restablecer las funciones de «Determinante de Dirección» de la pirámide, Ninurta ordenó también que se quitaran los tres rastrillos. Los primeros en ser retirados fueron la Piedra SU («Vertical») y la Piedra KA.SHUR.RA («Impresionante, Puro Que Abre»). Después, «el héroe subió a la Piedra SAG.KAL» («Piedra Sólida Que Está Enfrente»). «Tuvo que emplear toda su fuerza» para sacarla de los surcos, cortar las cuerdas que la sostenían y que «fuera a parar al suelo».
Más tarde llegó el turno de las piedras y cristales minerales situados en la parte superior de las rampas de la Gran Galería. Mientras bajaba, Ninurta se detuvo ante cada una de ellas para declarar su destino. Si no hubiera fracturas en las tablillas de arcilla en las que está escrito el texto, tendríamos los nombres de aquellas 27 piedras; tal como están sólo se pueden leer 22 nombres. Ninurta ordenó que varias de ellas fueran machacadas o pulverizadas; otras, que se podrían utilizar en el nuevo Centro de Control de Misiones, ordenó que se le dieran a Shamash; y el resto fue llevado a Mesopotamia para que fueran expuestas en el templo de Ninurta en Nippur y en otros lugares, como evidencia permanente de la gran victoria de los enlilitas sobre los dioses Enki.
Ninurta dijo que todo aquello no lo estaba haciendo tan sólo por su propio bien, sino también por el de las generaciones futuras: «Que mis descendientes no tengan temor de ti», dijo refiriéndose a la Gran Pirámide; «que se decrete la paz».
Por último, quedaba la Piedra Vértice -la piedra de la cúspide de la pirámide, la Piedra UL («Alta Como El Cielo»): «Que la descendencia de la madre no la vea más», ordenó. Y, cuando se lanzó la piedra para que se estrellara abajo, gritó: «que todos se alejen». Y ya no hubo más «Piedras» que fueran «anatema» para Ninurta.
Después de esto, los camaradas de Ninurta le animaron a que dejara el campo de batalla y regresara a casa. AN DIM DIM.MA, «Como a Anu Se Te Ha Hecho», le dijeron en alabanza; «La Casa Radiante donde se inicia la medición de cuerda, la Casa en la tierra que viniste a conocer, se regocija por haber entrado en ella». Ahora, vuelve a tu casa, donde te esperan tu esposa y tu hijo: «En la ciudad que amas, en la morada de Nippur, que encuentre descanso tu corazón... que tu corazón se aplaque».
La Segunda Guerra de la Pirámide había terminado; pero su ferocidad y sus hazañas, así como la victoria final de Ninurta en las pirámides de Gizeh, se recordarían durante mucho tiempo en las epopeyas y en las canciones -y en un notable dibujo de un sello cilindrico, en donde se ve el Pájaro Divino de Ninurta rodeado por una corona.
Y la Gran Pirámide, desnuda y vacía, y sin su piedra de la cúspide, quedó allí, en pie, como testigo mudo de la derrota de sus defensores.
El rey al que se había ungido para dar comienzo a la nueva dinastía, Ur-Nammu («El Gozo de Ur») era sabio, justo, y un maestro en el comercio internacional, en el cual Sumer intercambiaba cereales y productos lanares por metales y maderas; sus coloridos mantos eran apreciados, según la Biblia, hasta en la distante Jericó. Los «mercaderes de Ur» eran respetados y conocidos internacionalmente; y gracias a ellos se difundió la civilización Sumeria, en todos sus aspectos.
Necesitados de lana, los Sumerios se introdujeron en los pastizales de las regiones del norte, donde fundaron un importante centro comercial, a las puertas de Asia Menor, el país de los hititas. Se le llamó Jarán, «El Caravansar».
Se pretendió que fuera una pequeña-Ur, una Ur-lejos-de-Ur, y en su trazado y en su templo emuló a la propia Ur.
Mientras tanto, desde su exilio, Marduk observaba los acontecimientos con un sentimiento creciente de frustración y cólera.
En su autobiografía (una copia de la cual se descubrió en la biblioteca de Assurbanipal), Marduk recordaba cuando, después de errar por muchas tierras, «desde donde el sol se eleva hasta donde se pone», había llegado a las Tierras de Hatti (las tierras de los hititas). «Veinticuatro años anidé en medio de ellas» -escribió. Y durante todos esos años, no dejó de preguntar al consejo de los Dioses- «¿Hasta cuándo?»
Ante la ausencia de una respuesta clara o satisfactoria, Marduk miró a los cielos. Ya hemos dicho que el Hado tiene doce estaciones; la Estación-Hado (la casa zodiacal) de Marduk era la constelación del Carnero (Aries); y cuando la Precesión fue llevando el primer día de la primavera más allá de la constelación del Toro (Tauro), signo zodiacal de Enlil, empezó a «entrar» en la Estación-Hado del Carnero de Marduk.
Convencido de que había llegado el momento de que se realizara su Destino, Marduk se vio volviendo a Babilonia con pompa y circunstancia, señalando un rey digno, contemplando a las naciones en paz y a los pueblos prósperos, una visión profética de lo que sucedería en los Días Postreros, cuando Babilonia daría vida a su nombre: Bab-ili, «Puerta de los Dioses».
Otros textos de aquella época, que los expertos consideran como parte de una colección de Profecías acadias, registraban los informes de los astrónomos que observaban los cielos en busca de augurios planetarios relacionados con la constelación del Carnero. Sin embargo, los augurios eran en su mayor parte de guerra, matanza, saqueo y destrucción; y fueron éstas las profecías, más que las prometedoras de Marduk, que habían de cumplirse.
El resto de Dioses, liderados por Ninurta y por el propio hermano de Marduk, Nergal, utilizando herramientas científicas «de los Días de Antaño», «artefactos del Cielo y la Tierra», clamaron que no había tenido lugar aún el cambio a la Era del Carnero. Impaciente, Marduk envió a su hijo, Nabu, a que levantara un ejército de humanos de entre sus seguidores en las Tierras del Oeste, las tierras al oeste del río Eufrates. En 2024 a.C, Nabu lanzó con éxito la invasión de Mesopotamia y le abrió las puertas de Babilonia a su padre Marduk.
En La Epopeya de Erra se narran estos trascendentales acontecimientos desde el punto de vista de Nergal (apodado Erra, El Aniquilador) y de Ninurta (apodado Ishum, El Abrasador). Aquí se relatan las frenéticas negociaciones por resolver la disputa de forma pacífica, las llamadas a Marduk para que fuera paciente, los interminables debates en el Consejo de los Anunnaki que terminaron convirtiéndose en una reunión en sesión continua, la alarma ante las verdaderas intenciones de Nabu y su ejército humano y, por último, las sospechas de que, mientras Marduk hablaba de Babilonia como de la Puerta de los Dioses, su hijo, junto con seguidores de las regiones fronterizas con el espaciopuerto del Sinaí, estaba intentando realmente capturar el espaciopuerto para así controlar el contacto con el planeta madre, Nibiru.
No viendo otra salida para detener a Marduk y a Nabu, el Consejo de los Grandes Dioses autorizó a Nergal y a Ninurta para que abrieran las «Siete Armas Terribles» que habían estado ocultas y selladas en el Abzu (el hogar de Enki en el sureste de África). Se desencadenó un holocausto nuclear; el espaciopuerto se vaporizó, dejando un gigantesco corte en el rostro de la península y una enorme región ennegrecida a su alrededor. Las «ciudades pecadoras», que se habían puesto del lado de Nabu en lo que entonces era un fértil valle al sur del Mar Muerto, también fueron arrasadas (una aniquilación que Abraham pudo ver desde su hogar en el sur de Canaán).
Pero el Hado quiso que la «nube de muerte» nuclear, llevada por los vientos predominantes del Mediterráneo, derivara hacia el este, hacia Mesopotamia; en su sendero, todo lo que había con vida, personas, animales, plantas, murió de una muerte horrible. A medida que la nube mortífera se acercaba a Sumer, los Dioses Anunnaki comenzaron a abandonar sus ciudades.
Pero Nannar/Sin no quiso aceptar la perdición de su espléndida ciudad, Ur. Sus llamamientos a Anu y a Enlil para que encontraran una forma de que Ur fuera liberada del mal fueron vanos. Enlil, impotente, le diría con toda franqueza: «A Ur se le concedió la realeza, pero no se le concedió un reinado imperecedero... Su realeza, su reinado, han sido cortados.» No era imperecedero su NAM.TAR, un Destino que se podía cortar y romper, un Hado.
Pero el Hado quiso que los vientos, cuando llegaron a Mesopotamia, cambiaran su curso hacia el sureste. Y mientras Sumer y sus grandes ciudades de antaño caían postradas y desoladas, la ciudad de Babilonia, en el norte, quedó completamente indemne.
Hasta entonces, Marduk había estado observando los cielos para adivinar su Hado. Pero la milagrosa liberación de Babilonia de la muerte nuclear y de la desolación le llevó a preguntarse si su camino hacia la supremacía, ahora sin ningún tipo de obstáculos, no sería algo más que Hado, si no sería su Destino.
Si Marduk no hubiera sido una deidad ya, no dudaríamos en afirmar que habría sido deificado. En esas circunstancias, podríamos decir celestializado. El vehículo de esta «celestialización» fue una alteración («falsificación» sería igualmente aplicable) del santificado texto del Enuma elish: llamarle «Marduk» a Nibiru, haciendo así del supremo Dios planetario y del supremo Dios en la Tierra una y la misma cosa.
Tras esta sustitución de «Marduk» por Nibiru en el relato de la Batalla Celestial, las palabras cruciales se le aplicaron entonces a él: la obtención de una Tablilla de los Destinos de Kingu, el jefe del ejército de Tiamat, La Tablilla de los Destinos le arrebató,la selló con un sello,a su [propio] pecho se la sujetó.
Suyo era ahora ese Destino. Y los Dioses, en su Asamblea, «tuvieron en cuenta este pronunciamiento». Se postraron y gritaron: «¡Marduk es el rey!» Aceptando lo inevitable, Anu y Enlil (según una inscripción del rey babilonio Hammurabi), determinaron para Marduk, el primogénito de Enki, las funciones-Enlil sobre toda la humanidad, lo hicieron grande entre los Dioses que observan y ven, llamaron a Babilonia por su nombre para que fuera exaltada, para hacerla suprema en el mundo; y establecieron para Marduk, en su centro, un Señorío imperecedero.
La coronación, por utilizar un término comprensible, de Marduk como «rey de los Dioses» tuvo lugar en una solemne ceremonia, en una reunión de los Cincuenta Grandes Dioses y los «Siete Dioses del Destino», y con centenares de Anunnaki de base presentes. Simbólicamente, Enlil puso ante Marduk su arma divina, el Arco.
Después, el traspaso de los poderes de Enlil a Marduk se celebró con el traspaso a Marduk del rango numérico secreto de 50. Esto se llevó a cabo por medio de una recitación, uno por uno, de los «cincuenta nombres». Comenzaron con el propio nombre de Marduk, afirmando que había sido el mismo Anu quien le había denominado Marduk cuando nació, y, recorriendo el resto de nombres-epítetos, terminaron con Nibiru, la transformación del Dios de la Tierra en el Dios supremo planetario.
Los cincuenta nombres estaban compuestos por combinaciones de sílabas o palabras Sumerias; los epítetos de quienquiera que hubiera poseído los cincuenta nombres antes de la Epopeya de la Creación se falsificaron para acomodárselos a Marduk; y aunque los redactores babilónicos del texto (escrito en lengua acadia) intentaron explicar a sus contemporáneos las enigmáticas palabras silábicas Sumerias, es evidente que ni siquiera ellos pudieron captar por completo lo que transmitía el mensaje secreto de cada nombre.
Estos significados secretos o codificaciones que subyacen a los cincuenta nombres fueron reconocidos por el famoso asiriólogo y erudito bíblico E. A. Speiser, quien al traducir al inglés el Enuma elish para la obra Ancient Near Eastern Texts Relating to the Oíd Testament, observó que,
«el texto etimologiza los nombres de un modo que la Biblia hace familiar; las etimologías, que acompañan prácticamente a todos los nombres que hay en la larga lista, parecen más cabalísticas y simbólicas que estrictamente lingüísticas».
En los cincuenta nombres hay más de naturaleza «cabalística» de lo que concede la observación de arriba. Los nueve primeros nombres están listados al final de la sexta tablilla del Enuma elish, y se acompañan de varios versículos de elogio.
Como ya hiciera notar Franz M. Th. Bóhl en su Die fünfzig Ñamen des Marduk, el pronunciamiento de estos nueve primeros nombres se les atribuía a los antepasados no sólo de Marduk, sino incluso del mismo Anu; tres de ellos contenían un triple significado cada uno; y en uno de estos significados-dentro-de-significados, se atribuía a Marduk la capacidad singular (y por otra parte no notificada) de «revivir a los Dioses muertos».
Franz Bóhl sugería que eso podía ser una referencia a la muerte y la resurrección de Osiris (de la tradición egipcia), porque los tres nombres siguientes (los números 10,11 y 12) eran variantes del nombre-epíteto ASAR (Asaru en acadio) y, según Bohl, eran tres epítetos que tenían sus correspondientes en otros tres epítetos del Dios egipcio.
Con esos tres nombres-epítetos, el Enuma elish pasa a la séptima tablilla, no sin implicaciones para los siete días de la Creación del Génesis (de los cuales los seis primeros fueron días de actividad y el séptimo un día de descanso y contemplación divina); y recordemos que el siete se correspondía con la designación planetaria de la Tierra y de Enlil como comandante de la Tierra.
Los tres epítetos ASAR, tras los cuales los nombres-epítetos se hacen variados y diversos, elevan el total de nombres a doce. Se explican además en cuatro versículos que dan el cuádruple significado de los tres nombres ASAR, sugiriendo de nuevo un intento por incorporar el doce en el texto.
La recitación de los cincuenta nombres incorpora, así pues, el número de rango divino de Enlil y su número planetario, el número de los miembros del Sistema Solar y el de las constelaciones.
«La totalidad de mis instrucciones se encarnan en los cincuenta nombres», anunció Enki al término de la ceremonia.
En esos nombres, «se han combinado todos los ritos». Con su propia mano «lo ha escrito, lo ha preservado para el futuro», y ordenó que lo escrito fuera albergado en el templo Esagil que los Dioses construirían para Marduk en Babilonia. Allí, un linaje de iniciados sacerdotales salvaguardará los conocimientos secretos, y lo pasará de padres a hijos:
«Que se conserven [allí], que el anciano los explique; que el padre sabio y entendido se lo imparta al hijo.»
¿Qué significados profundos, que conocimientos secretos albergaban los cincuenta nombres que, según Enki, combinaban en ellos todo lo que había que saber?
Quizás algún día, cuando un nuevo descubrimiento nos permita decodificar los cifrados numéricos de los reyes asirios y babilonios, nosotros también lo sepamos.
A continuación la línea de tiempo con los eventos más significativos alrededor de la supuesta "llegada" de Nibiru a la elíptica de la Tierra:
Feb 20 Nibiru se posicionó entre las órbitas de Marte y Júpiter.
Marzo 4 Nibiru comienza a atravesar el plano elíptico de nuestro planeta provocando drásticos síntomas geomagnéticos.
Marzo 15 Saturno, Nibiru, la Tierra, el sol, Marte Júpiter y Urano se alinean generando lo que la cosmología Hopi llama como la primera conjunción.
Junio 27 Nibiru cruza la órbita de Marte.
Ago 3 Nibiru cruza la órbita de la Tierra.
Ago 21 Nibiru cruza la órbita de Venus.
Sept 19 Nibiru alcanza una posición equidistante entre la Tierra y el sol.
Sept 26 Nibiru pasa entre la Tierra y el sol generando la segunda conjunción de la leyenda Hopi e intensificando los cambios.
Oct 17 Nibiru llega a la ubicación más cercana a la Tierra.
Nov 22 Alineación entre Nibiru, la Tierra, y el sol, la tercera conjunción..
Los Mayas
Los Mayas basaron su calendario sagrado Tzolkin, en el ciclo anual de las Pléyades (el mismo, para efectos prácticos, que para cualquier estrella o constelación), y creen que es el lugar de origen de su cultura, son llamadas Tzab-ek o cola de Serpiente de Cascabel, y también las conocen como Las Siete Hermanas.
Año Platónico - Gran Año Egipcio (25.920 Años) - 12 Eras Astrológicas (Zodiaco) - 1 Era (2160 años)
Kamus: Segun los Mayas estamos actualmente viviendo en el ciclo del Quinto Sol y apartir del 2012 se inicia el ciclo de 5.125 Años llamado el Sexto Sol supuestamente del centro de la Galaxia se proyectara un rayo de energia que impactara en el Sol lo que provocara una tormenta solar que afectara a los seres vivos en la Tierra. A todo esto segun el articulo: La Misión Anglosajona, la Elite quiere crear un mundo nuevo destruyendo nuestra actual civilización para ello provocara la 3 GM y a su vez aprovechara el colapso que vendra al producirse un cambio en el Eje de la Tierra por ello es que se quieren esconder en Bunkers, asi creen ellos podran gobernar el proximo ciclo de 5.125 Años (Sexto Sol).
¿Qué opinión te merece esta leyenda? En lo que a mí respecta, probablemente debido a los grandes cambios de consciencia que he venido experimentando y a los nuevos paquetes de información incorporándose a mi ser, he empezado a comprender que los mitos y leyendas siempre han sido verdad, que son la única verdad, he abierto los ojos y me he dado cuenta de que por definición propia, la historia y las versiones oficiales por sus cualidades intrínsecas, no fueron, ni son, ni serán jamás más que precisamente eso "oficiales" algo que mostrar al público, un caramelo para el borrego y así calmar su miedo y embrutecerlo aun más, para esconderle su verdadero pasado y gloria. Ahora le creo a los magos, a las brujas y hechiceros de todos los tiempos, a los chamanes, a las tribus de mi país y de todos los otros países hermanos del mundo, le creo a los locos como Tesla (a quien solo recientemente han comenzado a a reconocer como genio), y a esa voz que me habla y me dice cosas que antes no quería oír. A todos aquellos que han mantenido vivas estas historias o aportado conocimiento sin esperar un solo centavo ni lucrarse, y sin obtener más beneficio que el bien común.
Cosmología mesoamericana, sumeria, egipcia, Isis, Ishtar, María, Horus, Jesús; todo es lo mismo, todos venimos del mismo lugar y allí es a donde todos vamos.
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virgilio