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Estas líneas de pensamiento y reflexión provienen de uno de los más destacados consultores organizacionales de Venezuela, su firma, Manuel Barroso y Asociados ha cumplido un rol estelar en los procesos de cambio cultural y organizacional de instituciones, empresas y comunidades. La premisa fundamental es la información como punto crucial para el desarrollo personal, organizacional y social. Manuel Barroso trabaja en la alineación de los sistemas (empresas, instituciones, comunidades): capital humano, objetivos, recursos, estrategias, y liderazgo. En la actualidad su modelo es reconocido por aquellos que se comprometen con un profundo cambio estratégico. Con más de ocho publicaciones en su haber, el autor mantiene una línea de pensamiento centrada en la persona: su autoestima y sus competencias: desarrollo personal, de pareja, de familia, trabajo y comunidad, los cinco contextos en los cuales cada persona tiene que ejercer su liderazgo, enfocando sus reflexiones en nuestro quehacer como país y el rumbo planificado que se le debe dar a nuestra transformación cultural. Parte de sus publicaciones se conjuga en sus libros: Autoestima: Ecología o Catástrofe. Crisis: La Cultura del Subdesarrollo. La Experiencia de Ser Familia y Meditaciones Gerenciales. Caraqueño por nacimiento, con una extensa hoja curricular, con estudios de Filosofía en Burgos, España; una maestría en Educación y otra en Psicología Clínica en la Universidad de Loyola-Chicago. Con estudios avanzados en el área de Psicoterapia Familiar y Modelos de Intervención Estratégica en sistemas complejos, con una influencia importante de los más destacados humanistas que le dieron forma al trabajo del desarrollo del potencial humano y de los sistemas familiares: Fritz Perls y Virginia Satir, Gregory Bateson y Milton Ericsson. Formado directamente en el modelo de la Gestalt y de la Escuela de Comunicación de Palo Alto, ha traducido a nuestra cultura esos modelos de intervención para el cambio y la transformación. Desde temprana edad, Manuel Barroso tuvo la gran suerte de formarse con los Jesuitas, proceso que le permitió educarse de manera integral en países como España, Francia, Estados Unidos y Canadá. Recibió apoyo de gente especial que siempre estuvo a su lado, que le brindó su respaldo para enrumbarse en este camino de transformación de paradigmas culturales. Manuel expresa que sus Valores Rectores han estado asociados a creer en el otro. Cree en el otro, porque sin el otro, carecemos de significado total, no podríamos existir. Darle la oportunidad a ese otro, que es la proyección de uno mismo es parte del diálogo existencial. Centrado en ese diálogo fluyen valores como el respeto, la convivencia, y la tolerancia. Ese es su credo. Para Misión Psique es altamente satisfactorio compartir con ustedes la entrevista que nos concediera como nuestro primer protagonista: Manuel Barroso, una persona admirada y respetada por todos los equipos de trabajo dedicados a la formación y desarrollo del Capital Humano en el país. EL VERDADERO LIDERAZGO Para Manuel Barroso el verdadero liderazgo está determinado por las cuatro competencias derivadas de la autoestima: presencia, conciencia de si mismo, contacto con las necesidades y coraje para vivir. Luego vendría como complemento tener una visión, un para dónde, con objetivos específicos y contando con un equipo de competentes para hacer el camino. El gran proyecto de transformación se pone en marcha, cuando los cuatro laboratorios de aprendizajes entran en acción: familia, escuela, trabajo y comunidad. El proceso medular que necesitamos intervenir es el proceso triangular de la experiencia de ser familia, de donde arrancan los procesos básicos de arraigo, identidad, vinculación y desempeño. Sobre esos cuatro pilares construimos el desarrollo L IDERAZGO, FORMACIÓN Y PROCESO Nos comentó que en estos momentos tiene pensamientos ambivalentes en relación al liderazgo del país. "Por un lado está la paradoja del Capital Humano: disponemos de un venezolano con increíbles talentos, de profesionales preparados, con recursos materiales pero una mayoría excluida, con escasas oportunidades para ser protagonista. La otra paradoja un liderazgo por decreto, impuesto por las armas, por una minoría que se cree mayoría, por los eternos notables, pero sin pensamiento estratégico, que piensan que ellos solos conforman la totalidad: El resultado de tantas contradicciones no manejadas es un venezolano narcisista que se divierte en el eterno si yo fuera, creyéndose líder-salvador y ungido para salvar a otros, menos a si mismo. Y es así en el área familiar, en lo político, en el área empresarial, religiosa y comunitaria. Un país portátil, de ficción." Existe la creencia de que el liderazgo es por llamado divino, "tenemos lideres que se autoproclaman sin percatarse que el liderazgo es un proceso, no es un comportamiento y eso quiere decir: manejar una información diferente a la que manejamos. Lo que tenemos son un gran número de líderes sin presencia, con mucha apariencia, de pantalla, de mucho discurso, con escasa credibilidad." El problema del país está en el liderazgo. Aún no hemos salido del caudillismo del siglo XIX. "Mientras no lo asumamos como parte de un proyecto de vida y nos dediquemos a formarnos como líderes, a adquirir las competencias necesarias como líderes, seguiremos a la deriva. Conozco gente que quiere poder o tener: (ser presidente de una empresa porque eso los va a hacer millonarios o apoderarse del poder porque es un atajo, una manera fácil de llegar al tener) pero no son personas, carecen de honestidad y de vida interior. Una perversión en los propósitos. Da pena colocar a nuestros líderes al lado de un Juan Pablo II, un Gandhi, un Martin Luther King, un De Gasperi, que tenía presencia, credibilidad y poder de convocatoria." "Hemos vivido entrampados en las paradojas de la visión pequeña, del hombre pequeño, que se cree importante, carente de vida interior."
TRANSFORMACIÓN CULTURAL: ¿ Podemos nosotros cambiar todo esto? Para Manuel, lo que hay que trabajar es lo cultural y eso que ni siquiera se toca. "Medular para mí es la familia, trabajar con la familia, con los triángulos de familia. Mientras la familia sea desorganizada, los triángulos estén rotos, el abandono será la cultura imperante, de la cual no podemos obtener sino subdesarrollo. El maltrato y la ignorancia, son dos culturas complementarias que entraban más los procesos de desarrollo. Veo muchos proyectos por ejemplo de niños de la calle: Proyectos para recogerlos, bañarlos, disfrazarlos de niños felices, peinarlos y darles de comer, pero el disco duro de ese niño abandonado sigue estando igual: con las mismas heridas, la misma información, los mismos mapas de abandono y de maltrato. Cuando se tienen heridas tan profundas es difícil lograr un crecimiento integral." Reflexiona: "Mientras sigamos con esa visión tan alienada no creo que tengamos chance de salir del subdesarrollo. La gente necesita información, sobre procesos medulares, sobre si mismo, sus necesidades, sus orígenes y sus objetivos de vida. Cuando vivimos de la limosna afectiva, del maltrato y de la ignorancia nos quedamos al margen: somos marginales. En Venezuela existe una cultura de abandono y de maltrato: en los hogares, las escuelas, los hospitales y clínicas, las cárceles y universidades, en el comercio, en la calle; que cuando no nos maltratan pensamos que no nos quieren." LA RESIGNACIÓN COMO MAPA "El venezolano tiene una capacidad infinita de aguante. Vivimos para sufrir es el mapa y por eso aguantamos cualquier cosa, de cualquier funcionario, de quien tiene el poder, desde una cadena presidencial, hasta una marcha de la oposición que reporta beneficios a lideres de pacotilla, hasta una huelga de educadores, de petroleros, impuesta por un cogollo, el maltrato está en la esencia, tanto de parte de unos como de parte de otros." Expresa "La cultura del abandono, el maltrato y la ignorancia sobreviven gracias a los mapas aprendidos de resignación: al mal tiempo buena cara, no hay mal que dure cien años, todo pasa , amanece y escampará. maneras aprendidas para bregar contra la adversidad." "Somos un pueblo muy violento y muy resignado: violento porque la violencia la hemos visto en la casa, en la escuela, en la calle, en el Metro, en las cárceles, escasamente un veinte por ciento de los venezolanos es capaz de liberarse de ese maltrato: porque su papá es importante, porque tiene quien lo proteja." "Esto hace que todo lo anormal para nosotros sea normal. Una violación ya es normal, que asesinen personas diariamente, que te secuestren ya es normal. Que maten a unos estudiantes es normal, que la justicia no actúe. Eso de ver lo anormal como normal ha pervertido la ecología nuestra nos ha producido un split en nuestra manera de ver la realidad: padecemos ruptura en nuestro contacto con la realidad. Hay que ver a la persona que vive en un cerro, o la que vive en una urbanización popular, cuando pienso en ellos admiro y quiero mucho más a un pueblo con esas ganas de vivir extraordinarias, que busca redención fuera de si. Lo tenemos que educar a que crean en si mismos y busquen dentro de si la fuerza y el poder para exigir sus derechos." EL ANTIVALOR COMO VALOR "El problema nuestro como pueblo es que no hemos tenido un comienzo. Aquí se instaló una cultura de abandono y de maltrato. Nacimos en el abandono y en el maltrato y lo aceptamos como un valor. Lo mismo que la pobreza. La tenemos como un valor. Ser pobre pareciera que es algo bueno, hasta el presidente lo dice: " Todos tenemos que ser pobres para que este sea un país feliz," Jesucristo, piensan algunos quiere más a los pobres. Los ricos van al infierno, eso es absurdo, cuando uno por naturaleza busca el crecimiento, y el crecimiento verdadero está en la posibilidad de que todos crezcamos." "Aquí existe un mapa que es perverso que le da otra orientación a la vida. si te han dicho que ser pobre es un valor, y después te das cuenta que si eres pobres no tienes, no puedes, no accesas, comienzas a ver a que árbol te arrimas, que amigos cultivas colocarte "donde haiga", meterte en la rebatiña, coger aunque sea fallo. Así te metes a corrupto, que también es un valor: porque para ser honesto hay que ser deshonesto, y tienes que robar, y tienes que engañar, tienes que mentir porque si no robas eres un pendejo. Y así es el negocio y todo es válido y no hay conciencia. Y así nace el oportunismo, el jalabolismo como valores sociales ." "El problema es que los valores hoy en día son los antivalores. Una sociedad con esta alteración perversa, jamás llegará al desarrollo ecológico. La dura realidad, es encontrarte con personas excepcionales teniendo la mentira como la única manera de comunicarse, y con el yo si pero el otro no como guía en el bienestar social. La inequidad.ni la exclusión por razones económicas o por ideologías sectorizadas, no pueden ser bases para el desarrollo. Por eso digo que el problema es esencialmente cultural y educativo, no es político, ni económico" LAS TRES MANERAS DE EXISTIR "La primera manera de existir es desde las Carencias: el ochenta por ciento de los venezolanos carece de todo: de triángulo, de cariño, de afecto, de vivienda, de pareja, de dinero, de conocimiento. El carente no sabe quién es, ni qué quiere, siempre está esperando a alguien que lo ayude, le de, lo saque del caos, algo mágico, el Mesías que le solucione sus problemas, que le regale la casa, el alimento, todo. Esa es una visión de vida, eso es lo que está pasando en el país: una población carente y un líder que dice: yo te regalo. Le dicen cuenta conmigo , pero yo también cuento contigo para permanecer en el poder. Esa es una manera de existir. No hay conciencia, no hay ética. Lo que hay es trueque. La segunda manera de existir es desde la necesidad: se es conciente de que se necesita una pareja, una familia, una casa, un carro. Se es responsable de manejar sus propias necesidades, de buscar las soluciones, sin embargo se corre el riesgo de caer en la trampa que se es feliz cuando se tiene todo eso. Esa es la dependencia del objeto, de lo que se compra. El liderazgo está en el grupo de intereses, pero tampoco hay ética, ni valores. El tercer nivel o tercera manera de existir es la conciencia del significado: La vida tiene un significado para mí, apenas un cinco por ciento de la población vive de sus significados, el quince por ciento vive de sus necesidades y el ochenta por ciento se relaciona desde sus carencias." MANERAS DE EXISTIR, PARADOJAS Y CULTURA DEL PODER "La manera de existir en las carencias es útil para seguir en la cultura del poder y el caudillismo. Sea del lado donde se mire, sea del sector desde donde se enfoque, en el fondo todos se manejan con una necesidad de poder, todos los venezolanos quieren ser presidentes, esa es una de las maneras de ser importantes. Ahora, estamos claros: esa manera de pensar es marginal." ¿Cómo se cambia eso? "La única manera es educando, pero la paradoja es que el que tiene no sabe , y el que sabe no tiene, quienes tienen la voluntad para emprender ese cambio cultural carecen del apoyo económico de los líderes a quienes no les conviene ver un país transformado." "Creo en mi país, en la gente, en el capital humano. Por otro lado no creo en la organización que le hemos dado a este país, culturalmente hablando, los que tienen el poder, no van a hacer nada para dejarlo y siempre van a querer estar arriba en detrimento de otros, siempre van a querer ser importantes. Abajo queda el marginal, el que no es importante, y en el medio los oportunistas de turno que esperan estar algún momento arriba. Con ese paradigma es muy peligroso trabajar porque uno se convierte en enemigo gratuito." LA SOLUCIÓN POSIBLE "Cuando se tiene un país organizado de esta manera lo que se requiere para darle una solución es subir al carente al nivel del significado y eso solo se logra a través de la educación . Esa visión de vida no se adquiere en la universidad. La solución está en que los líderes tomen conciencia de lo que hay que hacer: todo proyecto que no trabaje con el significado está destinado a perecer. Para educar a la gente, que le dé significado a su existencia, se necesita un poco más que buenas intenciones." EL SECRETO COMPARTIDO Barroso comenta que para trabajar con esta resistencia cultural tiene un secreto: es un mapa heredado de sus padres y abuelos, la terquedad . Dice ".hay que ser terco y con inventiva buscar alternativas. Es bien interesante no quedarse en el problema. A nosotros nos educaron a mirar al pasado buscando el culpable, mirando para atrás. Al contrario, cuando uno tiene visión de futuro se trabaja con la necesidad, esta se convierte en un objetivo y este me permite hacer una escalera: por allí subo, eso es ser líder. La inversión la hago en la gente: Somos la expresión y la metáfora de una cultura, somos parte de un proceso que cuando es bien manejado se puede lograr la transformación de un país." EL ÉXITO Y EL TRABAJO DE FORMACIÓN DE LOS LÍDERES Comenta que el éxito es hacer lo que se quiere . "Los objetivos de la vida para mí son el Ser en primer lugar, Saber, Dar, Poder y Tener. Para mí vivir es ser lo que soy en todo momento ." Manuel profesa una enorme fe en las bondades de un entrenamiento de líderes para que aprendan a ser competentes: Primero evaluarles si realmente tienen el potencial, el talento para ser líderes, después trabajarlos con un modelo de competencias donde aprendan a hacer contacto con el otro, prestando el servicio que la gente requiere y exige. En estos momentos de su trayectoria Manuel comenta que con otros profesionales han diseñado una manera de ayudar diferente: cuatro empresas para la formación del Capital Humano, trabajando cada una en áreas especificas de Consultoría, para el desarrollo de las competencias de sus clientes, practicando con el modelo de Desarrollo propuesto en su Libro: Autoestima: Ecología o Catástrofe. EL CAMINO CON CORAZÓN Como expresa Carlos Castaneda existe un camino con corazón que se debe encontrar en la vida, nos interesamos en conocer cuál era ese camino para Manuel Barroso y nos dijo: "Para mí es mi pareja, mi familia y mi país. Le he puesto mi corazón a esas tres necesidades, las he convertido en objetivos y he diseñado mi proyecto de vida con esas direcciones estratégicas. Ahora, evidentemente en el país yo lo que estoy es dejando mi huella, otro la seguirá. Eso es lo bonito de compartir esa energía continua." UNA ÚLTIMA REFLEXIÓN: LA MUERTE Y LA TRANSFORMACIÓN Barroso se expresa de la muerte: la concibe como un momento de transformación total , otra configuración, otra manera de ser. : "Yo no sé como será esa vaina, lo que si sé es que lo que venga, no va ser igual a lo que hemos tenido. ¿Cómo va a ser? Ni me interesa, ni me preocupa. Cuando esté allí, me imagino que entenderé lo que necesito entender. La muerte es otra manera de vivir, la otra cara de la vida, pero sigue siendo vida. La tenemos empaquetada con mapas de miedo, de tragedia, de castigo. para mí es la otra cara de la vida . Si creemos en un mundo ecológicamente organizado tendrá que ser muy bueno, lejos del premio o el castigo, nada de eso, es sencillamente la continuación de la transformación Desde el enfoque lineal, reduccionista: la muerte es un castigo. Desde el enfoque de la transformación: otro nivel de energía." | ||||||
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"¿Si no te amas tú, quién te amará? ¿Si no te amas a ti, a quién amarás?", Darío Lostado
Sociedad venezolana debe cambiar para mejorar su entorno.
"El venezolano tiende a buscar hacia el pasado, cuando lo importante es pensar hacia el futuro: qué me gustaría ser, hacer y tener. Es importante que empecemos a soñar un poco. Eso de cómo vaya viniendo vamos viendo, sólo logra que los males se acumulen", Manuel Barroso.
Atendiendo a una invitación realizada por la Asociación Promotora de la Educación Trujillana (Aprodet) y el Colegio Los Cedros de Valera, para realizar una jornada con el objeto de promover transformaciones en los lineamientos por los que se rige el ser humano, en beneficio de la familia y la comunidad, el doctor Manuel Barroso dictó conferencias productivas a los miembros de estas organizaciones importantes para el municipio, y dispensó un poco de su espacio para conversar con "El Tiempo" para disertar sobre la autoestima y el desarrollo de la sociedad venezolana.
¿Cómo ha visto al venezolano últimamente?
Se ha visto muy desorientado, con dos caras, una cara esperando a ver qué pasa y otra, viendo como se acomoda, ésta siempre ha sido la historia del venezolano acomodaticio, él se va acomodando hasta que pase el temporal. Hay un pequeño porcentaje de la población, que están siendo más innovativos y creativos, y están buscando nuevas alternativas, buscan ayuda para diseñar estrategias. El venezolano, como dije, tiene dos caras, el que se acomoda que termina siendo oportunista, que espera para ver donde ubicarse para aprovecharse de la situación y otra es la pasividad, la indiferencia, el "eso no es problema mío", eso está más marcado en el país. Pero esos son mapas mentales que uno aprende desde pequeño y son más evidentes cuando trabajamos en momentos de crisis, que es cuando, por así decirlo, las herramientas o mecanismos internos de la autoestima aparecen porque a la final todo el mundo quiere sobrevivir, todo el mundo quiere bienestar y prosperidad. La cuestión está en como la obtengo cuando la situación es difícil. El venezolano en términos de resiliencia, que es un término que se usa mucho en la actualidad, resiliente es la persona que tiene herramientas internas para salir de las dificultades en momentos difíciles, el venezolano como resiliente, es muy evasivo, el trata de evitar el problema, no lo enfrenta, no le entra directamente, no maneja los procesos porque no los entiende y se queda simplemente luchando con los contenidos, eso quiere decir, que hay mucha confrontación con los otros y terminas odiando a alguien que ni siquiera lo conoces, porque no vemos la parte más interna de las cosas que generalmente hacemos a diario. Por eso la sociedad venezolana debe empezar a cambiar para tener mejores resultados con su entorno.
¿Cómo se desarrolla el venezolano con tantos cambios que debe enfrentar?
Aquí cabe muy bien el dicho, "ayúdate que Dios te ayudará", el venezolano está muy a la deriva, por supuesto, que te puedo decir, que el venezolano como materia prima es una persona con muchas buenas cualidades, con mucho talento, pero, a veces él espera que la solución le venga de afuera, en una formula, en un líder, en una escuela, en algo que no tiene que ver con él. Al venezolano le falta interioridad, como le decía muy patéticamente Rómulo Gallegos "este pueblo no tiene vida interior". Yo noto una tendencia a lo intrascendente, que es darle importancia a cosas que no tienen importancia.
La juventud hoy está muy orientada a la bebida, al sexo, a la droga y le falta a veces focalizarse en que es verdaderamente importante para su desarrollo futuro y eso lo hacen porque los padres son también así, son los padres los que están más preocupados por el trabajo para producir suficiente dinero o a ver como se les arreglan para traer comida a la casa y lo importante que es educar a los hijos queda en manos extrañas.
Por eso digo que el venezolano está a la expectativa de lo que va a hacer o decidir el gobierno, que la empresa haga, que es lo que me van a dar, cuanto dinero voy a ganar, y esta crisis nos está enseñando a buscar recursos dentro de nosotros mismos para ver como nos enfrentamos a la tormenta.
Quizás hasta cierto punto nos está fortaleciendo, nos está haciendo más interiores, más trascendente, más recursivo y eso nos ayuda sin duda alguna. Pero en términos generales, veo que ni siquiera los líderes políticos saben cuales son los problemas que existen en el país, no tienen un proyecto de país, y algunos proyectos que están sobre el tapete son proyectos que están totalmente deshilvanados que no tienen mayor sentido para el venezolano, para el venezolano oportunista que busca posicionarse mejor sí, porque puede obtener mejores posiciones con el gobierno, por razones ideológicas, pero eso no tiene nada que ver con la autoestima, simplemente es oportunismo.
En este sentido ¿Qué cambios debe hacer el venezolano?
Cuando se habla de cambios, hay que entender bien de que se habla, porque por ejemplo, si yo me quito la ropa y me pongo otra eso no es ningún cambio, eso es simplemente pasar de una imagen a otra, del cambio al que yo me refiero, es al cambio de más profundo, de transformación. En este momento hay empresas, organizaciones, incluso instituciones educativas como el Colegio Los Cedros, hay familias, personas que están buscando ayuda, para ir realmente a la esencia de las cosas y tomar las decisiones que tienen que tomar.
Pero la mayoría de las personas no piensan en un cambio, están pensando en de que manera sobrevivo, como me las arreglo. Si quisiéramos un verdadero cambio, deberíamos empezar por fortalecer la familia, la relación padre, madre e hijos, el triángulo de familia, eso se constituiría en una cambio medular, pero en la familia no se invierte, ni siquiera los mismos padres invierten en la familia.
Los padres son muy apáticos, indiferentes, ausentes del desarrollo de sus hijos, se interesan en cosas puntuales como en qué colegio lo pongo, pero involucrarse en el proceso educativo del hijo, colaborando con la escuela, con la comunidad para que el hijo tenga autoestima o una mejor visión de sí mismo ese proceso no se da.
Hay padres y colegios excepcionales, donde se está haciendo ese esfuerzo, pero para la gran mayoría eso no tiene mayor importancia, más importante es tener un carro, una quinta y un trabajo, el hijo cuando se tiene se le entrega a un extraño para que lo eduque, y la educación y formación de un hijo no depende de un extraño sino que se debe tener una colaboración de todas aquellas personas que están involucrados en ese proceso educativo que son los padres, maestros, profesores, el entorno familiar, luego los jefes, supervisores, entre otros; y esa línea de aprendizaje en la actualidad está muy interrumpida, no es congruente y los que deben hacerlo, a lo mejor no saben hacerlo, tienen buenos intenciones, hacen maravillas con los pocos recursos de los que disponen, porque sin caernos a mentiras al gobierno no le interesa la educación y se evidencia en la calidad de las instalaciones escolares, de las universidades, hay otras prioridades, a lo mejor, como las armas, la confrontación y eso no es lo que hace a un país.
¿Que tipo de consultoría hace para las empresas u organizaciones?
Todo tipo de consultoría organizacional sobre todo en el área de cambios o transformaciones culturales, que deben hacer las organizaciones en estos momentos por la situación que se vive en el mundo.
¿Qué temática tocan sus libros?
Son libros de temas filosóficos, de guía, por eso no los califico de autoayuda, porque no han tenido ese propósito sino más bien el tema cultural, que son vitales, medulares, en el desarrollo del país, la familia.
¿A cuáles temas se refiere?
Temas como el abandono, el maltrato, la autoestima de los sistemas, de las personas, de la familia, el proceso de la interacción familiar, el impacto de la familia en la sociedad, lo que yo llamo los cuatro laboratorios de aprendizaje por lo cual atravesamos, la familia, la escuela, la comunidad y el trabajo.
¿Cómo se ayuda a una organización?
Yo los dejo que hablen, mi interés es que ellos tomen conciencia de lo que hacen, cómo lo hacen, qué quieren, hacia dónde van, cuáles son las decisiones importantes que tienen que tomar, cuales son las estrategias para el futuro. Se les ayuda a entender cómo funcionan los sistemas y cómo tendrían que funcionar. "Patrones y valores culturales, mentalidad y hábitos en la sociedad venezolana
María Ramírez Ribes
La mentalidad, los valores, los hábitos, las creencias, las actitudes, las respuestas individuales y colectivas a los retos de la cotidianidad y de la historia son procesos dinámicos que se hilvanan y se generan a través de los siglos, de generación en generación, influidos por la tradición, el acontecer, las expectativas, las frustraciones, los temores, los sueños, los deseos, el entorno familiar, la confianza o falta de confianza en sí mismo y en la comunidad a la que se pertenece. Toda esta serie de factores conforman lo que se ha llamado la cultura de un pueblo. Cultura que además incluye el aspecto creativo, artístico, imaginario. Ante este panorama cabría preguntarse: ¿Cuáles son los rasgos diferenciales de la cultura venezolana? ¿Se puede hablar de unos valores o mentalidad venezolana como tal? De ser así ¿son estos valores idóneos para la convivencia democrática?
La conciencia de Venezuela como nación es relativamente reciente y precaria. Se da a raíz de la Independencia y de la separación de la Gran Colombia, impulsada por Páez como caudillo. Pocos durante una buena parte del siglo XIX se hubieran identificado con una identidad nacional o con eso que hoy en día llamamos la "venezolanidad". Probablemente, si un extranjero le hubiera preguntado a principios del siglo XIX a alguien de Cumaná si era venezolano, esa persona hubiera respondido "¿Venezolano? yo soy Oriental". La Guerra de la Independencia y el genio de Bolívar une y divide. A raíz de la Guerra de la Independencia y posteriormente de las Guerras Federales, cuando se comienza a tener conciencia de Venezuela, el país se desangra y se reduce a cenizas. Bolívar, Miranda, Sucre y todos los próceres independentistas llenan de honra a la historiografía patria infundiéndole el matiz heroico que ha prevalecido casi hasta nuestros días pero obnubilan la mirada hacia un proyecto de porvenir. Y luego, como consecuencia de la Independencia, surge la lucha fratricida por el poder. En apariencia se logra la libertad pero, en favor de una supuesta igualdad, el país es arrasado varias veces. La lucha por la igualdad recorre el siglo XIX y logra en cierta forma, disminuir los prejuicios raciales, sociales y de castas que habían dividido a la nación. Pero, a partir de ahí, el mito de la igualdad se impondrá en Venezuela como el valor hegemónico por encima de la libertad.
Poco se ha conocido, como dijo Mariano Picón Salas de "la intra-historia, del oculto y replegado meollo de los hechos". Y es esa intra-historia, precisamente, la que día a día conforma la mentalidad, los valores, las actitudes, lo que hace del hombre y de la mujer venezolanos lo que hoy son. Afortunadamente, estudios como el de Carlos Duarte, La vida cotidiana en Venezuela durante el periodo hispánico[1][29] y otros trabajos de investigación han ayudado a entender mejor una buena parte de esa "intra-historia" que, en realidad, se remonta también al periodo prehispánico. No hay que olvidar que el venezolano hoy es en esencia el producto de la mezcla de las tribus indígenas que poblaron el territorio venezolano, de los españoles que lo conquistaron, de los africanos que llegaron como esclavos y de los numerosos viajeros e inmigrantes que, a lo largo de estos últimos cinco siglos, y en especial durante el último siglo, vinieron para quedarse y hacer de Venezuela su hogar. La confluencia de todas esas culturas ha dado forma a una peculiar manera de ser, siempre en continuo movimiento, y es la que se hace presente en los habitantes que viven en Venezuela hoy.
En la música, en las voces populares, en la danza, en las creencias, en los aspectos culinarios se detectan todos y cada uno de los rasgos de estos componentes en un sincretismo no siempre fácil de desentrañar. La nación venezolana se construye sobre el mestizaje. Mestizaje racial y cultural. La comprensión de dicha fisonomía es sumamente amplia y abierta y podría estar sujeta a todo tipo de interpretaciones. Algunos estudios se han centrado en aspectos psicológicos de la caracterología venezolana, como es el caso del trabajo de Manuel Barroso, La autoestima del Venezolano[2][30], otros tocan el tema de forma tangencial en relación a la temática que les ocupa, como pueden ser las obras La Miseria del Populismo, Mitos y realidades de la Democracia en Venezuela de Aníbal Romero[3][31] o Un sueño para Venezuela, ¿Cómo hacerlo realidad? de Gerver Torres[4][32], El caso Venezuela, una ilusión de armonía, de Naím, Piñango[5][33], La Venezuela posible de Antonio Francés[6][34], o Venezuela, la crisis de abril, de Francés y Allison[7][35], por sólo mencionar algunos. Además de la obra en conjunto de autores como Arturo Uslar Pietri, Mariano Picón Salas, Cecilio Acosta, Mario Briceño Iragorry y tantos otros de nuestros clásicos pensadores y ensayistas, y no tan clásicos, como Ángel Bernardo Viso, que han profundizado en su obra la manera de ser venezolana y la búsqueda del sentido de la historia. El ensayo lo hizo desde la reflexión pero la novela, el cuento y la fábula lo han hecho desde la creación. Y si bien la reflexión ha puesto sobre el tapete ciertos hechos, la metáfora ha esclarecido con soltura elementos que serían difícil de explicar de otra forma. Los diálogos de los personajes de Gallegos, de Pocaterra o de Garmendia, los cuentos y las canciones populares, así como los vocablos del habla cotidiana, dicen más en dos líneas sobre la idiosincrasia venezolana que muchos libros de historia.
En general la música y las canciones venezolanas denotan el espíritu alegre de su gente, el contacto y convivencia con la naturaleza, la generosidad y apertura ante el viajero y una cierta resignación plena de esperanza. Canciones como "Estoy contento, yo no se qué es lo que siento/ Voy cantando como el río como el viento/ como el colibrí que besa la flor en la mañana / como la paraulata que deja su canto en la sabana..." son expresión idónea de una manera de ser que ha tenido por compañera la vastedad de la geografía y el canto de los pájaros, que se ha identificado con el entorno y con los ciclos de la naturaleza y que ha hecho de ellos su habitat, su esperanza y su temor. El viajero que llega a los más recónditos parajes de la geografía venezolana va a encontrar siempre una sonrisa amiga que le extienda una mano y una mirada cercana que lo acoja y le haga sentir como uno más igual a él con derecho a compartir lo que haya. Además del espíritu innato que genera esta actitud, la inclinación al igualitarismo social está en el germen de esa calidez y generosidad cercana que tan bien ha hecho sentir a los numerosos viajeros que pasaron por Venezuela y que dieron testimonio de ello.
El tuteo, tan generalizado en Venezuela y tan diferente de la formalidad de otros países, como puede ser el caso de Colombia, es un síntoma de este profundo arraigo del sentimiento igualitario como objetivo social. Dicha valoración se hace sentir en todos los ámbitos de la vida nacional. Sus repercusiones son numerosas y abarcan desde la convivencia democrática hasta las relaciones jerárquicas que se establecen en instituciones, empresas, escuelas, universidades, familia, gobierno, ciudadanos. Los matices de esta valoración son tan amplios que han llegado a distorsionar incluso la visión que el venezolano tiene de sí mismo y de sus posibilidades de superación y de futuro. Conviene la aclaratoria de que en la mentalidad popular venezolana la valoración de la igualdad no se refiere a la igualdad de oportunidades para todos, que implicaría la responsabilidad individual de cada uno para la superación personal. Más bien al hablar de igualdad se cree y piensa que la igualdad está por encima del esfuerzo personal, de la preparación individual, de la integridad de cada uno. De ahí que la acepción de igualitarismo social sea más adecuada. Puede que no se admita abiertamente, pero el trasfondo del discurso pareciera decir: no importa lo que se haga, o la preparación que se tenga, todos somos iguales y todos tenemos los mismos derechos. El elemento de responsabilidad raras veces se detecta en el vocabulario popular, tan dado al uso del término impersonal. Es como si una fuerza ajena, superior o externa fuera la responsable de cualquier tipo de acontecer. Quizá por eso la propensión a lo mágico como explicación de la realidad. Esta inclinación ha marcado tanto el acontecer diario como la vida política de la nación y la visión de la producción y del trabajo. Llama la atención cómo todavía hoy, en los albores del siglo veintiuno, la prensa y los medios de comunicación en general han llegado a destacar como noticia principal ciertas predicciones del horóscopo. Y en el momento actual, cuando la economía venezolana pasa por una de las situaciones más críticas de la historia, la proliferación de loterías y juegos de azar aumenta, de hecho es uno de los negocios más rentables.
La valorización del igualitarismo atenta contra la visión de la competitividad y de la eficiencia. Desde dicha perspectiva, competir es una agresión porque atenta contra la nivelación por igual. Los gobiernos de la democracia no se han caracterizado por promover la competencia ni el mérito al esfuerzo personal. De la misma manera como no se suelen implementar mecanismos de sanción al incumplimiento del deber, tampoco se promueven recompensas al mérito. Muy al contrario, las nivelaciones de salario en el Ministerio de Educación, por ejemplo, ignoran por completo dichos aspectos. Por eso existen tantos casos de violaciones a la norma que se convierten en reincidencias sin que nada ocurra. La eficiencia implica el manejo de las diferencias y del rechazo, lo mismo que del diálogo, del dilema, del conflicto y de la convivencia democrática. Cuando la diferencia se ve como una amenaza y la necesidad de destacar a alguien por encima de otro se aprecia como favoritismo o exclusión, la nivelación se da en detrimento de la excelencia.
En la relación maestro-discípulo, la falta de respeto hacia la opinión del otro se aprecia en algunos casos en la manera como, incluso en universidades privadas y costosas, ciertos profesores enseñan despóticamente la materia sin dar el espacio necesario al alumno y sin permitir que éste se cuestione o les cuestione.
El autoritarismo, al cual Venezuela ha sido tan proclive, tiene también que ver con esa peculiar valorización de lo que se ha llamado igualdad por encima de la libertad y de la incidencia establecida entre jerarquías. Suele suceder que el que circunstancialmente se encuentra en posición de poder abusa de esa circunstancia o bien olvida instaurar los límites necesarios para que cada cual cumpla con su deber de acuerdo a lo establecido. También puede ocurrir que el que está arriba siente que puede maltratar al que tiene delante porque lo que el otro necesita depende de él. La laxitud, el amiguismo y el compadrazgo de nosotros somos iguales, quiebra las normas en detrimento de la institución. Cuántos esperando en una cola han visto a un "compadre" del que está al otro lado de la taquilla llegar de improviso, pasar por delante de todos para ser atendido y tener que esperar a que ambos terminen su conversa. Todo esto tiene relación con la "viveza" que se respira en actitudes, hábitos y, en general, en una buena parte de la cultura en Venezuela.
Arturo Uslar Pietri ha dicho: "Nuestra fábula popular es la epopeya de la viveza". Al revisar los mitos y leyendas transmitidas en forma oral, Uslar recalca que en ellos "hay mucho más de lo que podríamos llamar la concepción venezolana del mundo, su espíritu, su vida y su moral, que en todas las obras cultas que han pretendido explicarlo." Y añade:
"Sus ideas de la sociedad, de la justicia, del bien, del mal, de la felicidad, de lo bello, de lo sobrenatural, surgen diáfanas de esas sabrosas leyendas y consejas sobre el alma del Tirano Aguirre, el Carretón de las Animas, el cantor Florentino, Juan Bobo y los personajes de su comedia animal.
Por allí nos enteramos, sin lugar a dudas, de que la igualdad le importa más que la libertad, y que la justicia no significa para él dar a cada uno lo suyo, sino castigar y escarmentar al poderoso, que nunca es bueno, aun cuando con ello no se remedie el mal. La fortuna y la riqueza no provienen nunca de un trabajo metódico y esforzado, sino de un hallazgo inesperado, de un don mágico, o de una violenta expoliación. Ningún personaje de importancia es femenino.
La mayor parte de esas consejas populares tienen por personajes a los animales y presentan breves anécdotas ejemplares, en las cuales la astucia del débil triunfa siempre de la estúpida fuerza del poderoso, y de las que se desprende, como filosofía fundamental de vida, la prédica de la desconfianza.
En nuestro fabulario, el tigre, el vigoroso jaguar americano de moteada piel, substituye al león clásico o al lobo nórdico, y el manso conejo vegetariano a la zorra taimada y erudita. Tío Tigre y Tío Conejo son siempre los obligados personajes de nuestra fábula, y es siempre Tío Conejo, el indefenso pobre diablo del mundo animal, bueno, humilde e ingenioso, quien lleva la mejor parte en los lances con el terrible señor de los animales. (...) El rasgo más destacado y al mismo tiempo el arma de Tío Conejo es la astucia, un poco teñida de hipocresía, engaño y dolo, que es el arma del débil contra el fuerte en las sociedades primitivas. Frente a Tío Tigre, que personifica el puro y simple poderío, Tío Conejo esgrime su cúmulo de turbias condiciones que nuestro pueblo comprende bajo el nombre genérico y profundo de viveza." [8][36]
En el fondo, la epopeya de la viveza es la epopeya de la supervivencia, de la necesidad de subsistir frente al enemigo o frente a las agresiones de otro más fuerte en medio de una naturaleza agreste y desproporcionada. Ante ese panorama, la astucia se convierte en "el arma del débil contra el fuerte". Astucia y picardía son parte de una misma familia que incluye el engaño, la mentira, la falta de palabra y la mala fe.
Pedro Núñez de Cáceres, a mediados del siglo XIX, hace notar cómo en Venezuela
"se usan cerca de doscientos modos y voces, muchas de ésas hermosas y poéticas, para expresar el fraude y el dolo, y pintar hasta las últimas gradaciones de la astucia: Me tiró, me llevó en las uñas, me llevó en las navajas, me dejó con los ojos claros y sin vista, me largó frío, me meció, me bailó, me amoló, me despellejó, .... me trabajó, me mamó, me chupó, me prensó, me pinchó, me desolló, me exprimió, etc"[9][37]
Y al referirse a la falta de palabra:
"Fulano es muy ducho, lo entiende; lo entiesta, cotisea, me costó ponerme en él; se puso en la cuerda; es lidioso; lidiosito; es trabajoso, muy trabajoso, algo trabajoso, trabajosito, etc."[10][38]
Arturo Uslar piensa que "en el empeño de hacer una nación [...] habría que curar a los vivos del mal de la viveza". Un mal que parece haberse afincado en actitudes acomodaticias donde un día hay que estar a bien con unos y otro día con otros, donde hay que aprovecharse, o bien porque nadie te ve o porque no tiene dueño, donde para ubicarse y estar bien hay que hacer sentir al otro que ambos pertenecen al mismo clan, a la misma familia, que hay algo que los une y que los hace ser iguales o, al menos, que ambos poseen algún tipo de interés en común. La adulación acaba siendo tan importante como la descalificación. Dos armas de un mismo filo, producto ambas de una falta de comprensión de lo que implica el respeto hacia la diferencia, basado, probablemente, en la visión excesiva del igualitarismo como objetivo social por encima de cualquier otro.
Respetar al otro, dialogar con el otro implica dejar que él se comporte y se exprese de acuerdo con su conciencia. No quiere esto decir que en Venezuela no haya habido o no continúe habiendo libertad de expresión. La hay. O que no se creen comisiones para el diálogo. Se crean. Lo que ocurre es que, a menudo, no se escucha el punto de vista del otro porque, si somos iguales, uno de los dos tiene que estar equivocado y ese no puedo ser yo. A veces se dialoga, pero sin la apertura necesaria para el intercambio de ideas. Se ha enfatizado más la apariencia de las cosas que a los procesos interactivos que se dan a nivel de las relaciones y de los planos conscientes y no tan conscientes y que a su vez se manifiestan en hechos más concretos, como el amiguismo, el compadrazgo, la palanca, la falta de límites, la visión del trabajo, de la justicia, de la riqueza y de la producción y, en general, en los distintos aspectos de la convivencia democrática. En todo esto la predisposición a la retórica se ha hecho presente como una manera de llenar un vacío y creer que la letra impresa o la palabra pueden sustituir a la acción. Por eso se cree que una nueva constitución puede ser siempre la solución.
Llama la atención el que la mayoría de los gobiernos de la democracia hayan sido gobiernos populistas y demagogos con una desmesurada predisposición a la retórica. En mayor o menor grado han sido gobiernos paternalistas que han hecho sentir a la ciudadanía la dependencia del estado, al utilizar en muchos casos la burocracia estatal como forma de empleo. En los primeros veinte años de la democracia, normativas y acciones sociales mejoraron notablemente la calidad de vida, pero con el tiempo esas intenciones se desvirtuaron y produjeron estancamiento y deterioro. Las tendencias culturales conscientes o no tan conscientes han sido elementos de interferencia a la hora de dar los pasos necesarios en función de la metas propuestas. Por ejemplo la lealtad hacia los miembros de un mismo partido ha impedido discernir competencia e integridad en favor de la propensión igualitaria y el resultado ha favorecido la mediocridad por encima de la excelencia.
La aversión al conflicto se ha hecho presente en el seno de las políticas públicas, en el mal manejo del dilema, al intentar complacer intereses opuestos. Cuando hoy se decreta la inamovilidad laboral o se aprueba la ley contra despidos injustificados y a la vez se dice que se están tomando medidas en favor de una mayor productividad, no se reconoce la contradicción que esto implica. Y no se hace, precisamente, por la dificultad que existe de escogencia. Porque se cree que escoger implica el rechazo de una de las partes y este rechazo puede generar conflicto y enfrentamiento. Si hay escogencia hay exclusión y por tanto deja de haber igualitarismo social.
En Venezuela existe una gran dificultad en entender que la solución a algún tipo de conflicto implica respeto al punto de vista del otro y la adopción de mecanismos de arbitraje justos y adecuados al conflicto que se pretende solucionar. La visión antagónica de los hechos ha prevalecido por encima de la posibilidad de solución al conflicto. Ante la necesidad de escogencia lo que prevalece es ¿quién se va a beneficiar? ¿quién se va a perjudicar? En lugar de ¿qué es lo que más conviene al país? ¿cómo se podría lograr? ¿Cuáles son los pasos a seguir?
Por otro lado, prevalece una visión optimista, en forma desproporcionada, en relación a las posibilidades de éxito de cualquier proyecto que se emprenda. Se piensa que todo se puede lograr por mero voluntarismo, sin tomar en cuenta la preparación y los pasos necesarios que toda acción requiere, eso que Naím-Piñango han llamado el trabajo de "carpintería". Esto trae como consecuencia una inclinación a la improvisación que se hace presente en todas las áreas de la vida nacional. Años antes Mariano Picón Salas al reflexionar sobre la mentalidad moderna que necesitaba Venezuela y pensando en la labor que hubiera podido hacer Adriani en su anhelo de transformación de la cultura venezolana, había dicho:
"Después de tantos años de improvisación, de impericia, y de apolillada rutina venezolana" era necesario "sustituir aquellos viejos librotes y aquellas fórmulas de grasosa retórica de que estaba llena nuestra enseñanza oficial....A una cultura de palabras y de fórmulas era necesario remplazarla por otra que contuviera hechos y cosas....Venezuela era un país que miraba hacia atrás mientras le iban cayendo las ruinas de su existencia presente. Parecía mantener –cuando otros pueblos se lanzaban con audacia a las nuevas creaciones de la economía y de la técnica- su lamentable vocación de pueblo sepulturero".[11][39]
¡Qué actuales parecen en el inicio del siglo XXI las palabras que Mariano Picón Salas pronunciara en 1942! Es como si estuviéramos condenados a repetir la historia por no haber entendido su lenguaje.
Manuel Barroso dice que la "marginalidad es una neurosis social cuya característica es la resistencia al cambio". El incremento de la marginalidad en Venezuela en los últimos treinta años ha ido acompañada de políticas dirigidas a promover la dependencia del marginal hacia el gobierno de turno. Las promesas electorales han manipulado en su mayoría esa dependencia. Pocos candidatos le han hecho sentir a la gente que el éxito o el fracaso dependen de sí mismo y no de factores externos, como por ejemplo, el gobierno de turno. Probablemente no lo han hecho porque muchos de los integrantes de esos mismos gobiernos provienen de las mismas deformaciones culturales y de la misma mentalidad que ha pensado que gobernar, tiene más que ver con ejercer el poder y la autoridad sobre otros que están por debajo, en lugar de instrumentar políticas a favor de la transformación de los que no han tenido tantas oportunidades de lograrla. Se ha promovido más bien la dependencia del Estado y esto ha promovido inseguridad en una buena parte de la población, carencia de autoestima y sentimientos de frustración, de resentimiento y de impotencia ante las expectativas no cumplidas. No se ha llegado a entender que gobernar en democracia es proveer de libertad de acción y movimiento, es enseñar a convivir respetando las diferencias dentro del diálogo negociado, incentivando la superación personal y la responsabilidad individual, no la simple adhesión a un credo o a un partido.
En la arenga pública y en el discurso político prevalece la tendencia dramática a la oratoria, de ahí la importancia de la conversa y del tono por encima del contenido. Esta tendencia no pareciera alejarse de la visión de Cecilio Acosta sobre la sociedad venezolana, para quien todo es "saltuario, efímero y accidental", como pudo haber sido la bonanza derivada del auge petrolero. Aníbal Romero piensa que dicha bonanza nos convirtió "en una sociedad falsamente opulenta y artificialmente sólida, generando desmesuradas ilusiones de poderío y acrecentando la complacencia de los sectores dirigentes"[12][40]. Según él, "la más frecuente causa de deterioro y fracaso de una sociedad es el suicidio: la consecuencia de deficiencias en la capacidad creadora de la dirigencia. Estas fallas pueden manifestarse de dos maneras: a través de la demagogia o del autoritarismo.[13][41]" Suicidio es violencia contra sí mismo por falta de conocimiento propio y de su entorno; es el rechazo a no querer entender la realidad presente y es también la falta de asimilación del pasado y de la historia en función de las enseñanzas necesarias para transformar el momento en que se vive.
Aníbal Romero publicó La miseria del populismo. Mitos y Realidades de la democracia en Venezuela en 1986, ya el proceso de devaluación de la moneda había comenzado, todos en Venezuela nos sentíamos más pobres, pero veíamos los problemas inflacionarios de los países del Cono Sur con recelo y temor pero sin pensar que eso nos pudiera pasar a nosotros. Al ver impreso en el libro el precio de Bs. 80, me doy cuenta de lo fácil que ha resultado atravesar la autopista hacia el sur, de la que hablaba Arturo Uslar Pietri en ese entonces, y me pregunto: ¿No ha tenido la mentalidad venezolana, las actitudes, las maneras de enfrentar la realidad o de evadirla, las creencias, los mitos, las ideas, los valores, no ha tenido todo esto mucho que ver con lo acontecido en Venezuela en los últimos veinte años? ¿No es la realidad actual, en parte, consecuencia de esa fe generalizada en que, gracias al petróleo, el bienestar económico podía llegar a ser posible para todos sin prácticamente nada a cambio? ¿Hasta qué punto la excesiva valorización del igualitarismo social no ha incidido en las fracturas que presenta hoy la convivencia democrática en Venezuela y en el resentimiento que se detecta en un buen porcentaje de la misma? ¿Es acaso casualidad que Hugo Chávez haya tenido éxito fomentando el resentimiento y la confrontación social? ¿Y que invoque precisamente a Zamora en quien, en palabras de Picón Salas, "el resentimiento obra como un gran explosivo"? ¿Es acaso azar que sus seguidores sean, precisa y primordialmente, los marginales, a quienes nunca se había dado un papel protagónico a pesar de la exaltación populista y de la valorización igualitaria implícita en muchos de los gobiernos democráticos? ¿No es acaso la forma personalista, más que institucional, una manera de violar continuamente las libertades ciudadanas? ¿No recuerda todo esto aquella famosa y terrible sentencia de José Tadeo Monagas en 1848, "La Constitución sirve para todo"?
En la reivindicación de esta vuelta al pasado, y en las reacciones que esta regresión implica, pareciera estar implícita la vieja pugna entre tradición y progreso. Esta vieja pugna, en el momento actual, ha enfrentado a la sociedad venezolana, pero dentro de ese enfrentamiento, en ambos bandos, algo diferente pareciera estar sucediendo. Una mayor conciencia del hecho de ser venezolano y de la responsabilidad individual en el destino del país está empezando a manifestarse en la participación ciudadana y en la reflexión política. La apatía, que durante tantas décadas parecía tener una buena parte de la sociedad venezolana, ha quedado atrás. ¿Es este reto el inicio de una posible transformación cultural en Venezuela?
[1][29] DUARTE, CARLOS, F. La Vida Cotidiana en Venezuela durante el Período Hispánico Editorial. Exlibris, Fundación Cisneros, Caracas, 2001
[2][30] BARROSO, MANUEL. La Autoestima del Venezolano. Democracia o Marginalidad. Editorial Galac, Caracas, 1997
[3][31] ROMERO, ANIBAL. La Miseria del Populismo. Mitos y Realidades de la democracia en Venezuela . Ediciones Centauro, Caracas, 1986
[4][32] TORRES, GERVER, Un Sueño para Venezuela. ¿Cómo hacerlo realidad? Banco Venezolano de Crédito, Fanarte, Caracas, 2000
[5][33] NAÍM, MOISÉS, PIÑANGO, RAMÓN (Directores del Proyecto) El caso Venezuela, Una Ilusión de Armonía, Ediciones IESA, Caracas, 1999
[7][35] FRANCÉS, ANTONIO, MACHADO ALLISON, CARLOS. Venezuela, la crisis de abril. Ediciones IESA, Caracas, 2002-08-20
[8][36] USLAR PIETRI, ARTURO, Medio Milenio de Venezuela, Monte Ávila Editores, Caracas, 1991, pag. 386-7
[9][37] NÚÑEZ DE CACERES, PEDRO, citado por USLAR PIETRI, ARTURO en opus cit. Pag 392
[10][38] Ibid
[11][39] PICÓN SALAS, MARIANO. Suma de Venezuela. Monte Ávila Editores, Caracas, 1988. pag. 149
[12][40] ROMERO, ANÍBAL. Opus cit. Pag. 17
[13][41] Ibid
El Cambio y los Venezolanos. | ||||
"Todo cambia, menos el cambio"; Anónimo. Al planificar la implementación de un cambio, conviene empezar por aceptar que éste ha de ocurrir desde las características que imperan en el presente hacia las deseadas, siendo imprescindible admitir que el presente deriva del pasado. Todo cambio exige líderes, que deben considerar muchos factores; entre ellos: que el cambio ha de suceder desde lo general hasta lo particular, pues puede afectar la individualidad de cada miembro de la organización, porque les involucra y puede impactarles en diversos grados, incluso, si es una simple modificación en uno de los procedimientos que se cumplen. Por esto, todo direccionamiento acertado inicia por la determinación de las ideas que rigen el accionar de la gente de la organización, pues ésta constituye esa comunidad que tiene sus propios rasgos culturales y sociales. Esta apreciación es lo más importante para establecer el punto de partida que permita iniciar lo deseado sobre tal conjunto humano. A partir de allí se podrán precisar los elementos que han de ser tomados en cuenta para alcanzar la meta deseada. Toda sociedad está conformada por sub-grupos, que se relacionan entre sí por medio de lo que se conoce como "personalidad básica": los patrones comunes y permanentes que le dan coherencia; p. ej.: en su cultura, los británicos son semejantes entre sí, pero son muy diferentes a los venezolanos y de allí deriva que el comportamiento de aquéllos no sea igual al nuestro. Por esto, se deben conocer las características de la colectividad originaria, puesto que -obviamente- los sujetos asumen los patrones conductuales de los grupos de los cuales provienen. Comprendido así, la precisión del comportamiento antropológico resulta ser algo fundamental para poder hallar el camino correcto. La cultura venezolana está constituida por las maneras de pensar, de sentir y de actuar más frecuentes de la mayoría de los venezolanos. Con esto no se afirma que todos los venezolanos tienen todas las características de la "personalidad básica", pero en cada uno se dan algunas o muchas de éllas y existen diferencias personales: "la excepción confirma la regla". En el libro "¿Quiénes Somos los Venezolanos? " (Carías, 1982), se citan más de veinte características de tal "personalidad básica": no se compromete, inconstante, débil sentimiento de identidad, baja autoestima, sumiso, flojo e indolente, segundón, irresponsable, desorganizado, pasivo, pantallero, humanitario, inmaduro, inseguro. En "El Comportamiento Folklórico del Venezolano y de las Instituciones Públicas" (Ochoa, 1988), se listan más de cincuenta: ventajista, ingenioso, impuntual, anárquico, ineficiente, incoherente, no valora el trabajo, y se cita que Maritza Montero –en "Ideología, Alineación e Identidad Nacional"– menciona otras: incompetencia, emotividad, autoritarismo, violencia. En "Autoestima del Venezolano" (Barroso, 1991), hay más de una treintena: falto de ética, teórico, mentiroso, dual, corrupto, facilista, mediocre, individualista, cómodo, etc. En "Así Somos... Las Virtudes del Venezolano" (Cortes, 2001), se listan varias características "positivas": infinita paciencia, apego a lo tradicional, etc. En "Los Enemigos de la Quinta República" (Miró, 2001), se lee: Toma poco en serio las cosas, , no teme al peligro, busca figurar, le gustan los reconocimientos, las condecoraciones, los halagos, etc., sin importarle que no los haya merecido o que el mérito sea de otra persona; es creativo e ingenioso; es hipócrita, tiene doble cara, por delante dice una cosa y por detrás hace otra; propone, promete o recomienda cosas, pero no hace lo que promete o recomienda, le cuesta mantener continuidad en lo que emprende, es bueno para las campañas cortas, para los operativos, pero no para los trabajos a mediano y largo plazo; conformista, espera que otros tomen la iniciativa ante los problemas; prefiere que otros hagan las cosas; desordenado, indisciplinado, poco previsivo e improvisador; le gusta vivir el presente, sin planificar el futuro ni preocuparse mucho por él; no tiene sentido del cuidado y el respeto, le encanta sacar ventaja sin esforzarse, le gusta ser libre (una libertad a su manera, no le gusta que lo controlen, no le gustan las normas, su excesivo amor a la libertad lo lleva a la anarquía, a irrespetar la ley y a someterse a la autoridad con dificultad); es tolerante consigo, pero exigente con los demás. Otros afirman que el venezolano es: falto de creatividad, no le gusta participar en la concepción y adopción de decisiones, pero también dicen que es generoso, igualitario, hospitalario, respeta a los padres, cálido, alegre y compasivo. Lo citado es producto de la imitación de lo que otros hacen, pero esto es todo, pues en el mismo libro de Miró se lee que en el sistema educativo venezolano hay un conjunto de valores, de maneras de actuar y de pensar peculiares, que constituyen lo que puede denominarse la cultura educativa venezolana: una marcada tendencia hacia lo teórico; se insiste en la formación intelectual, más que en el desarrollo de destrezas, predominan un bajo nivel académico, la mediocridad, el conformismo, la desmotivación y la irresponsabilidad. Igualmente, este autor afirma que muchos docentes son impuntuales, irresponsables, cumplen su función con poco ánimo, humillantes, irrespetuosos, y agresivos, agregando que no son motivadores ni dejan que los educandos opinen, creando actitudes que éstos arrastran toda su vida. Así, en las más profundas entrañas del venezolano se amalgama todo esto y se forma un ser despreocupado, que no se esfuerza por hacer lo que puede hacer por sí mismo y por los demás, ni se las ingenia para buscar soluciones a los problemas, y que no anhela que las cosas sean de otro modo, acentuándose esas conductas en detrimento de otras áreas personales y laborales, entorpeciéndose el crecimiento y el progreso en todo sentido, conformándose una sociedad de sumisos, desordenados, improvisados, conformistas, desanimados, desmotivados e incapaces de crear y de pensar por sí mismos, generándose un modelo caracterizado por un trabajo rutinario e ineficiente, donde se hace lo indispensable o lo menos posible y lo más lentamente, poco competitiva y productivamente. Entonces, al diseñar la implementación de un cambio en una organización en donde haya venezolanos, conviene considerar esta realidad (que la mayoría es así y que no todos se conducen de esa manera), porque esto determinará -en mucho- su respuesta al cambio. |
LAS ENSEÑANZAS DE DON JUAN
Cuando me disponía a partir, decidí preguntar una vez más por los enemigos de un hombre de conocimiento. Titubeo un rato pero luego comenzó a hablar.
-Cuando un hombre empieza a aprender, nunca sabe lo que va a encontrar. Su propósito es deficiente; su intención es vaga. Espera recompensas que nunca llegarán, pues no sabe nada de los trabajos que cuesta aprender.
"Pero uno aprende así, poquito a poquito al comienzo, luego más y más. Y sus pensamientos se dan de topetazos y se hunden en la nada. Lo que se aprende no es nunca lo que uno creía. Y así comienza a tener miedo. El conocimiento no es nunca lo que uno se espera. Cada paso del aprendizaje es un atolladero, y el miedo que el hombre experimenta empieza a crecer sin misericordia, sin ceder. Su propósito se convierte en un campo de batalla"
"Y así ha tropezado con el primero de sus enemigos naturales: ¡el miedo! Un enemigo terrible: traicionero y enredado como los cardos. Se queda oculto en cada recodo del camino, acechando, esperando. Y si el hombre aterrado en su presencia, echa a correr, su enemigo habrá puesto fin a su búsqueda."
-¿Qué le pasa al hombre si corre por miedo?
-Nada le pasa, sólo que jamás aprenderá. Nunca llegará a ser un hombre de conocimiento. Llegará a ser un maleante, o un cobarde cualquiera, un hombre inofensivo, asustado; de cualquier modo será un hombre vencido. Su primer enemigo habrá puesto fin a sus ansias.
-¿Y qué puede hacer para superar el miedo?
-La respuesta es muy sencilla: no debe correr. Debe desafiar a su miedo, y pese a él debe dar el siguiente paso en su aprendizaje, y el siguiente, y el siguiente. Debe estar lleno de miedo, pero no debe detenerse. ¡Esa es la regla! Y llega el momento en que su primer enemigo se retira. El hombre empieza a sentirse seguro de sí. Su propósito se fortalece. Aprender no es ya una tarea aterradora. "Cuando llega ese momento gozoso, el hombre puede decir sin duda que ha vencido a su primer enemigo natural"
-¿Ocurre de golpe, Don Juan, o poco a poco?
-Ocurre poco a poco, y sin embargo el miedo se conquista rápido y de repente.
-¿Pero no volverá el hombre a tener miedo si algo nuevo le pasa?
-No, una vez que el hombre está libre de él por el resto de su vida, porque a cambio del miedo ha adquirido la claridad: una claridad de mente que borra el miedo. Para entonces, un hombre conoce sus deseos; sabe cómo satisfacer esos deseos. Puede prever los nuevos pasos del aprendizaje, y una claridad nítida lo rodea todo. El hombre siente que nada está oculto. "Y así ha encontrado a su segundo enemigo: ¡la claridad! Esa claridad de mente, tan difícil de obtener, dispersa el miedo, pero también ciega. Fuerza al hombre a no dudar nunca de sí. Le da la seguridad que puede hacer cuanto se le antoje, porque todo lo ve con claridad. Y tiene valor porque tiene claridad, y no se detiene en nada porque tiene claridad. Pero todo es un error; es como si viera algo claro pero incompleto. Si el hombre se rinde a esa ilusión de poder, ha sucumbido a su segundo enemigo y será torpe para aprender. Se apurará cuado debía ser paciente, o será paciente cuando debería apurarse. Y tonteará con el aprendizaje, hasta que termine incapaz de aprender nada más."
-¿Qué pasa con un hombre derrotado de esa forma Don Juan? ¿Muere en consecuencia?
-No, no muere. Su segundo enemigo no más a parado en seco sus intentos de hacerse hombre de conocimiento; en vez de eso, el hombre puede volverse un guerrero impetuoso, o un payaso. Pero la claridad que tan caro ha pagado no volverá a transformarse en oscuridad y miedo. Será claro mientras viva, pero ya no aprenderá ni ansiará nada.
-Pero ¿qué tiene que hacer para evitar la derrota?
-Debe hacer lo que hizo con el miedo: debe desafiar su claridad y usarla sólo para ver, y esperar con paciencia y medir con tiento antes de dar otros pasos; debe pensar, sobre todo, que su claridad es casi un error. Y vendrá un momento que comprenderá que su claridad era sólo un punto delante de sus ojos. Y así habrá vencido a su segundo enemigo, y llegará a una posición donde nada puede ya dañarlo. Esto no será un error ni tampoco una ilusión. No será solamente un punto delante de sus ojos. Eso será el verdadero poder.
-"Sabrá entonces que el poder tanto tiempo perseguido es suyo por fin. Puede hacer con el lo que se le antoje. Sus aliados están a sus órdenes. Su deseo es la regla. Ve claro y parejo todo cuanto hay alrededor. Pero también ha tropezado con su tercer enemigo: ¡el poder! Es el más fuerte de todos los enemigos. Y naturalmente los más fácil es rendirse; después de todo el hombre es de verás invencible. Él manda; empieza tomando riesgos calculados y termina haciendo reglas, porque es el amo del poder. Un hombre en esta etapa apenas advierte que su tercer enemigo se cierne sobre él. Y de pronto, sin saber, habrá sin duda perdido la batalla: su enemigo lo habrá transformado en un hombre cruel, caprichoso"
-¿Perderá su poder?
-No, nunca perderá su claridad ni su poder
-¿Entonces qué lo distinguirá de un hombre de conocimiento?
-Un hombre vencido por el poder muere sin saber realmente cómo manejarlo. El poder es sólo una carga sobre su destino. Un hombre así no tiene dominio de sí mismo, ni puede decir cómo ni cuándo usar su poder.
-La derrota a manos de cualquiera de estos enemigos ¿es definitiva?
-Claro que es definitiva. Cuando uno de estos enemigos vence a un hombre, no hay nada que hacer.
-¿Es posible, por ejemplo que el hombre vencido por el poder vea su error y corrija?
-No, una vez que el hombre se rinde está acabado.
-¿Pero si el poder lo ciega temporalmente y luego él lo rechaza?
-Eso quiere decir que la batalla sigue. Quiere decir que todavía está tratando de volverse hombre de conocimiento. Un hombre está vencido sólo cuando ya no hace la lucha y se abandona.
-Pero entonces Don Juan, es posible que un hombre se abandone al miedo durante años, pero finalmente lo conquiste.
-No, eso no es cierto. Si se rinde al miedo nunca lo conquistará, porque se asustará de aprender y no volverá a hacer la prueba. Pero si trata de aprender durante años, en medio de su miedo, terminará conquistándolo porque nunca se habrá abandonado a él en realidad.
-¿Cómo puede vencer a su tercer enemigo, Don Juan?
-Tiene que desafiarlo, con toda intención. Tiene que llegar a darse cuenta de que el poder que aparentemente ha conquistado no es nunca suyo de verdad. Debe tenerse a raya a todas horas, manejado con tiento y con fe todo lo que ha aprendido. Si puede ver que, sin control sobre sí mismo, la claridad y el poder son peores que los errores, llegará un punto en el que todo se domina. Entonces sabrá cómo y cuándo usar su poder. Y así habrá vencido a su tercer enemigo.
"El hombre estará, para entonces, al fin de su travesía por el camino del conocimiento, y casi sin advertencia tropezará con su último enemigo: ¡la vejez! Este enemigo es el más cruel de todos, el único que no se puede vencer por completo; al enemigo al que solo podrá ahuyentarse por un instante. Este es el tiempo en que un hombre ya no tiene miedos, ya no tiene claridad impaciente; un tiempo en el que todo su poder está bajo control, pero también un tiempo en el que siente un deseo constate de descansar. Si se rinde por entero a su deseo de acostarse y olvidar, si se arrulla en la fatiga, habrá perdido el último asalto, y su enemigo lo reducirá a una débil criatura vieja. Su deseo de retirarse vencerá toda su claridad, su poder y su conocimiento. Pero si el hombre se sacude el cansancio y vive su destino hasta el final, puede entonces ser llamado hombre de conocimiento, aunque sea solo por esos momentitos en que logra ahuyentar al último enemigo, el enemigo invencible. Esos momentos de claridad, poder y conocimiento son suficientes."
Castaneda, C. Las Enseñanzas de Don Juan. Una forma Yaqui de Conocimiento
EXPERIENCIA EN LA RED
¿Qué hemos aprendido de los e-pacientes?
MARÍA VALERIO
Como reputado neurólogo de la Universidad de Harvard (EEUU), Dan Hoch creía que lo sabía todo sobre los pacientes con epilepsia. "Estaba equivocado", admite ahora después de conocer la experiencia de una comunidad virtual en la Red. "Los grupos de e-pacientes pueden ser un prometedor recurso sanitario (...) y serán un importante modelo para futuras innovaciones médicas", concluye en la revista PlosMedicine tras relatar su vivencia.
Descubrir en Internet a cientos de pacientes con enfermedades neurológicas conectados y compartiendo sus problemas supuso para este especialista todo un reto a su formación tradicional, en la que el médico está acostumbrado a ocupar un papel central, en un plano superior al del paciente.
Uno de los aspectos que más impactó a Hoch cuando se adentró en una de estas comunidades virtuales, BrainTalk Communities, fue descubrir que las interacciones entre los pacientes iban más allá del plano emocional, de los simples mensajes de apoyo y solidaridad. "El 70% de los mensajes se refería a aspectos anatómicos o fisiológicos de la enfermedad, opciones de tratamiento, manejo de los efectos secundarios de las terapias o cuestiones prácticas sobre el día a día de la patología", apunta en su artículo.
Con más de 200.000 visitas regularmente, BrainTalk Communities le demostró a Hoch que muchos de aquellos pacientes no recibían suficiente información de los especialistas que les trataban. Una percepción que se confirmó posteriormente cuando se entrevistó de manera directa a algunos de estos miembros: "El 30% de ellos mencionó que habían sido incapaces de obtener la información médica que necesitaban en la consulta". Y para muchos de ellos, ésa era la principal razón para participar en el foro.
En el análisis de este profesor de Neurología no pasan desapercibidas algunas de las inexactitudes o mensajes erróneos que se colgaban en la Red (el 6%, según su cálculo). Sin embargo, sus conclusiones señalan también que los propios internautas, el resto de participantes, someten constantemente a revisión el contenido de las comunicaciones, corrigiendo, aclarando o ampliando lo aportado por otros con un nivel "bastante excelente".
Su conclusión del análisis no puede ser mejor: "Muchos profesionales han sobrestimado los riesgos e infravalorado los beneficios de los grupos de apoyo 'on line'", dice. "Incluso aunque tengamos poco tiempo en las consultas para darles apoyo emocional o información, ahora podemos ayudar a nuestros pacientes remitiéndoles a este tipo de redes (...) que constituyen una valiosa herramienta abierta 24 horas al día, siete días a la semana".
De hecho, su acercamiento a este medio de comunicación ha repercutido en las consultas del doctor Hoch, que ahora admite ser mucho más franco y comunicativo con sus pacientes. Ahora, dice, aborda con ellos incluso los aspectos más delicados de su enfermedad, que antes omitía. "Hasta descubrir que ellos mismos los abordan con naturalidad en las comunidades virtuales".
No sólo piensa Hoch que los médicos son quienes mejor pueden animar la sed de conocimiento de sus pacientes, sino que cree que un número creciente de ellos son cada vez más capaces de hacer frente al poder que les da el conocimiento y, en definitiva, a jugar un papel más activo en su propio cuidado.
FUENTE: http://www.elmundo.es/elmundosalud
1. HAZ UNA PAUSA de 10 minutos por cada 2 horas de trabajo, a lo máximo.... Repite estas pausas en su vida diaria y piensa en ti.
2. APRENDE a DECIR NO, sin sentirte culpable, o creer que lastimas a alguien.... Querer gustar a todos es un desgaste enorme.
3. PLANEA tu día, pero deja siempre un buen espacio para cualquier imprevisto, consciente de que no todo depende de ti.
4. CONCÉNTRATE en apenas una tarea a la vez. Por mas ágil que sean tus cuadros mentales, te cansas.
5. OLVÍDATE de una vez por todas que eres indispensable en el trabajo, casa, o grupo habitual.... Por mas que eso te desagrade, todo funciona sin ti, a no ser tu mismo
6. DEJA de sentirte responsable por el placer de los otros.... Tu no eres la fuente de los deseos, ni etern@ maestr@ de ceremonia.
7. PIDE AYUDA siempre que sea necesario, teniendo el buen sentido de pedírsela a las personas correctas.
8. SEPARA problemas reales de los imaginarios y elimínalos, porque son pérdida de tiempo y ocupan un espacio mental precioso para cosas más importantes.
9. INTENTA descubrir el placer de cosas cotidianas como dormir, comer y pasear.
10. EVITA envolverte en ansiedades y tensiones ajenas. Espera un poco y después retorna al diálogo y a la acción.
11. TU FAMILIA no eres tu, esta junto a ti, compone su mundo pero no es tu propia identidad.
12. COMPRENDE que principios y convicciones inflexibles pueden ser un gran peso que evite el movimiento y la búsqueda.
13. ES NECESARIO tener siempre alguien a quien poder confiar y hablar abiertamente.
14. CONOCE la hora acertada de salir de una cena, levantarse del palco y dejar una reunión... Nunca pierdas el sentido de la importancia sutil de salir a la hora correcta.
15. NO QUIERAS saber si hablaron mal de usted, ni te atormentes con esa basura mental.... Escucha lo que hablaron bien de ti, con reserva analítica, sin creértelo todo.
16. COMPETIR en momentos de diversión, trabajo y vida entre pareja, es ideal para quien quiere quedar cansado o perder la mejor parte.
17. La RIGIDEZ es buena en las piedras no en los seres humanos.
18. Una hora de INMENSO EXTASIS CON LO COTIDIANO sustituye, con tranquilidad, tres horas de sueño perdido. El placer recompensa mas que el sueño. Por eso, no pierdas una buena oportunidad de sentir los extasis de la vida cotidiana.
19. TEN PRESENTE SIEMPRE tus tres grandes e invaluables amigos: Intuición, Inocencia y Fe.
20. ENTIENDE de una vez por todas, definitivamente y en conclusión que TU ES LO QUE TU HAGAS de TI MISM@... Recuerda esto: El Amor no es un sentimiento...es una actitud de conciencia humana plena con el equiibrio cósmico de infinita luminosidad...
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virgilio
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